martes, 31 de marzo de 2009

Oda a la humanidad: El Bach de Beethoven

El 28 de julio de 1750 murió J.S. Bach.

Carl Philipp Emanuel, el segundo de sus hijos que sobrevivió (Bach tuvo 20 hijos), cuenta que en su lecho de muerte el viejo Bach pidió a uno de sus estudiantes que tocara en el clavicornio de pedal que tenía en su habitación, una coral para órgano que había compuesto varias décadas antes en Weimar para su Orgelbüchlein. En ella Bach había escrito, siguiendo las palabras de Lutero, una plegaria personal que ahora resultaba apropiada en estos últimos momentos de su vida:

Ante tu trono, mi Senor, yo estoy,
Yo mismo, mi todo, estan en tus manos;
Mírame con tu rostro de aprobación,
No por mi ahora contengas tu gracia...

Concede que mi final sea valioso,
y que yo despierte para ver tu rostro,
verte a tí para siempre!
Amen, amen, Dios concédemelo!
(traducción libre mía)


Bach, a pesar de que ya estaba ciego, se dispuso a componer una variación en contrapunto de este texto, de lo que resultó: Vor deinen Thron BWV 668 (ante tu trono). Tomando en cuenta el integer valor medieval que representa el tempo del corazón humano, cada barra de ésta coral representa la respiración humana: la inhalación y la exhalación. Bach logra que en cada una de las cuatro secciones de su melodía haya una fuga, utilizando cada vez el sujeto a la inversa como su "contrasujeto" y conforme la obra va avanzando se vuelve mucho más complicada, moviéndose más lejos del cuerpo, en el dominio del espíritu... De acuerdo con David Yearsley "es la forma de representar el acto de morir".

Bach murió y con él, dicen los expertos, concluyó la época de la música barroca.

Bach vive y compone durante la disputa entre la fe y la razón de la Ilustración, Bach lucha contra los ilustrados y compone influenciado por la armonía planetaria de Kepler, la biblia luterana, la rígida composición racional del contrapunto y el cánon. El viejo Bach es denigrado y criticado. No sólo por su falta de estudios universitarios, sino por anticuado. Durante sus últimos anos de vida, la música es percibida no como una ciencia sagrada, sino como un placer. Durante el reinado de Federico el Grande de Prusia, se hace presente en Alemania el estilo galante: que resultaba más fácil de escuchar. La música comienza a volverse Pop y para Bach esto no representa más que vacío. Bach componía para representar la "gloria de Dios".

Para los ilustrados del XVIII, la música tenía que ser simplemente agradable, un entretenimiento y una diversión, un trabajo sencillo, tanto para el músico, como para su público. Surge pues lo que se conoce como el empfindsamer Stil o estilo sensible, que el hijo de Bach, Carl, tan bien representa. Tanto, que el padrino de Carl, G. P. Telemann escribe como epitafio para su amigo J.S. que su legado está en su hijo.

La música de Bach es olvidada por más de cien anos. La música barroca "olía a iglesia". La armonía del universo y de los planetas eran algo así como "pavadas del oscurantismo".


En 1755 un terríble sismo destruyó Lisboa, la naturaleza era incontrolable y no era perfecta.
La Revolución francesa había demostrado su cara amarga y en Alemania particularmente, causa una gran desilusión. Surge en Alemania el movimiento "Sturm und Drang" cuya piedra de toque fue el suicida Joven Werther de Goethe.

Kant y Herder se encargan de rescatar lo que queda de la Aufklärung alemana. Para Kant la definición de la Ilustración es la propia responsabilidad: „Ausgang des Menschen aus seiner selbst verschuldeten Unmündigkeit“ (la salida del hombre de su propia y culpable minoría de edad).

Comienza el movimiento conocido como El Romanticismo. Ahí, donde el orden se encuentra en la mente propia, en donde cada quien es responsable de la vida propia; se cruzan los caminos de Schiller y de Beethoven. Cada quien es su propia iglesia, cada vida es una obra de arte. Beethoven creció con la nueva comprensión musical y comprendió que la música era un arte para la exploración y la expresión de la novedosa creatividad propia , la vida de la mente.

Para Beethoven no existía aún un lenguaje de la mente capaz de expresar la frustración, la grandeza, la tensión, el relajamiento, la gratificación. De acuerdo con James R. Gaines, Beethoven se adelantó a Freud con el lenguaje del subconsciente.

Beethoven encontró en Bach este lenguaje. A pesar de haber sido olvidado por el "público", Bach, el viejo Bach, siguió siendo estudiado por los grandes.

La Novena Sinfonía en Re menor op. 125 de 1824 es la combinación y la culminación consciente e inconsciente de esta cisma entre fe y razón, entre orden y caos, entre libertad y esclavitud, entre hombre y bestia. De este proceder dialógico de la humanidad.

Desde que nos descubrimos individuales y racionales, los seres humanos hemos dialogado, hemos andado entre dicotomías que nos matan, nos indignan, nos separan, nos hieren.

Hoy todavía.

Suban el volúmen de sus bocinas y cierren los ojos, sientan en el cuerpo y en la mente la Novena Sinfonía de Beethoven: el himno de la humanidad.


Los cuatro movimientos se presentan en dos partes.
La orquesta es dirigida por Herbert von Karajan.






La Novena se escribe en plena Restauración.

En ella encontramos la herencia barroca de Beethoven, la asociación del rey del cielo con el rey terrenal y la experiencia revolucionaria que convirtió al pueblo en sujeto lírico.

Así mismo encontramos en la música de Beethoven diversos géneros musicales: el universo militar, religioso y el himno, tanto sacro como profano: la unidad de los hombres.

Beethoven es el primer gran compositor que se arriesga a utilizar al mismo nivel la voz humana y los instrumentos dentro de una sinfonía. Esta rebeldía musical, ya la encontramos en Bach en el 5to Concierto de Brandenburgo. Sobre eso en otra ocasión.

En el último movimiento se incopora el texto cantado por solistas y coros del poema escrito por Friedrich Schiller "la Oda a la Alegría".

En la Novena, se permite al individuo relacionarse con la comunidad (esta es la inlfuencia del género del himno nacional, surgido durante el XVIII).


"los hombres [volverán a ser] serán hermanos"


Bibliografía:
James R. Gaines. Evening in the Palace of Reason.
Esteban Buch. La novena de Beethoven.


** Esta entrada fue originalmente publicada en este Blog en noviembre de 2007.

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