Aunque Cameron ha proyectado en los últimos días una imagen de ganador, los sondeos de las últimas 48 horas han frenado su euforia. El de YouGov del martes por la noche refleja un aumento del voto laborista (30%), una fuerte caída del liberal-demócrata (24%) y un estancamiento del conservador (35%); traducido a escaños, Gordon Brown tendría el mayor grupo en los Comunes y podría mantenerse como primer ministro si le apoya Clegg . El de ComRes ofrece casi un empate a escaños entre tories por un lado y laboristas y liberales por el otro. Otros sondeos, ya de hace algunos días, también alumbran la posibilidad de una coalición Lib-Lab (Harris, ICM) pero el de Populus sitúa a Cameron como claro ganador, aunque sin mayoría absoluta.
Los votantes están cansados del laborismo pero no parecen sentir un gran entusiasmo por los conservadores. Después de 13 años de Gobierno laborista, un primer ministro muy impopular y la peor recesión desde la guerra, lo lógico sería que los conservadores, con un líder joven, dinámico y más o menos centrista, ganaran cómodamente. Pero los sondeos no lo pronostican.
La economía tenía que haber sido el tema crucial de la campaña, pero sólo ha aparecido en los últimos 10 días y no es fácil encontrar diferencias de verdadero calado entre las tres ofertas. El diablo está en los detalles, pero los británicos saben que, gobierne quien gobierne, vienen años de inmensa austeridad.
La reforma del sistema electoral y político es la gran bandera de los liberales-demócratas de Clegg, pero a la hora de la verdad está por ver que el entusiasmo que suscitó en la primera mitad de la campaña se traduzca en votos en las urnas. Los británicos parecen haber aceptado que el actual sistema electoral es injusto, pero al mismo tiempo parecen remisos a abrazar el sistema de coaliciones electorales tan habitual en muchos países del continente.
Un sistema que garantizaba las mayorías absolutas... hasta ahora
Los sondeos prevén que se rompa la tendencia que ha otorgado desde 1974 la hegemonía del Parlamento a un solo partido.- Los resultados no se conocerán hasta la madrugada.
EL PAÍS | Madrid - Madrid - 06/05/2010
Reino Unido tiene un sistema mayoritario simple a una sola vuelta. El país se divide en 650 circunscripciones uninominales y cada una elige a un diputado, aquel candidato que en la votación logra la mayoría simple de los votos. Este sistema ha dado tradicionalmente amplias mayorías en el Parlamento al partido más votado , aunque fuera por una diferencia relativamente pequeña, en el conjunto del país. De hecho, desde 1974 la Cámara de los Comunes ha tenido siempre mayoría absoluta de un partido pero si los sondeos aciertan en esta ocasión se romperá la tendencia.
Los colegios electorales han abierto a las siete de la mañana hora local, las siete en España y cerrarán a las diez de la noche. Tres cadenas de televisión darán a conocer encuestas a pie de urna cuando cierren los colegios, pero el recuento de las 649 circunscripciones en juego será lento y no permitirá asegurar un ganador hasta bien entrada la madrugada del viernes.
La Cámara de los Comunes británica (cámara baja del Parlamento) está formada por 650 diputados (533 ingleses, 59 escoceses, 40 galeses y 18 norirlandeses), pero en una de las circunscripciones -Thirsk and Malton (en el norte de Inglaterra)-no habrá elección hasta el 27 de mayo por la muerte de uno de los candidatos. La intención del Gobierno es que durante la madrugada se conozcan los ganadores en el 96,5% de las circunscripciones, para lo que se ha encargado a 50.000 funcionarios de los Gobiernos locales participar en el escrutinio de cada colegio electoral.
El sistema tiene, como todos, sus ventajas e inconvenientes. Puede resultar muy injusto porque el ganador se lleva el escaño aunque haya ganado por un solo voto y los sufragios de los perdedores quedan totalmente desperdiciados. Pero tiene al menos dos ventajas: suele garantizar amplias mayorías y por tanto Parlamentos muy estables -algo que en esta ocasión está por ver- y acerca más a los ciudadanos y a sus representantes. Los parlamentarios son elegidos en circunscripciones que engloban a un promedio de 65.000 electores, lo que facilita que los votantes conozcan a los candidatos y a su vez estos estén más próximos a sus problemas.
Arma electoral
La reforma del sistema electoral ha sido uno de los temas que ha centrado la campaña electoral, sobre todo tras la irrupción del candidato liberal Nick Clegg. Ante una probable victoria sin mayoría absoluta, Clegg ha condicionado su apoyo al partido ganador a que se reforme el sistema de reparto de voto, que perjudica a su partido. "Mi posición es que, debido a que las excentricidades e injusticias del sistema electoral son más evidentes que nunca, creo que la reforma electoral es el primer paso para cualquier Gobierno, sea del color que sea, para restablecer la confianza del público en el sistema político", según Clegg.
El conservador Cameron ha insistido durante la campaña, en que su partido mantendrá el actual sistema ya que a su juicio, la introcción de un sistema proporcional, que daría más participación a los partidos más pequeños, "no es poner el poder en manos del pueblo, sino en manos de los políticos".
Por su parte, Brown ha evitado entrar a fondo en el debate ya que su partido sale con desventaja ante los posibles pactos de Gobierno si se cumple el vaticinio de algunas encuestas que sitúan a los laboristas como la tercera fuerza del país tras las elecciones. El partido del actual primer ministro han aceptado reformarlo para facilitar un acuerdo con los liberales.
0 comentarios:
Publicar un comentario