viernes, 18 de mayo de 2012

131 y sumando...

Mi amigo Miguel Rábago, profesor del departamento de Derecho de la Ibero, me comparte esta reflexión sobre lo sucedido hace una semana en nuestra universidad.
La publico aquí -con mucho gusto- a petición suya. 
Huelga decir que como ex-alumna de la Ibero comparto sus palabras y he apoyado la libertad de expresión de los estudiantes. Una democracia requiere crítica, disidencia, oposición y ¿Por qué no? protesta e insulto. Sobre todo cuando los jóvenes son ignorados y usados como escenario para sus aplausos cada 6 años. Si no hay otra forma de ser escuchado, es necesario recurrir al grito y al abucheo. 
El diálogo democràtico no es pura racionalidad.


                            ***

131 y sumando……

 

El viernes 11 de mayo del 2012 muy probablemente pase en mi historia personal como mi mayo estudiantil.  Este es un hecho curioso, ya que no soy estudiante sino profesor de la Universidad Iberoamericana y además no me encontraba ese día en la Ibero sino a miles de kilómetros de distancia del lugar donde he tenido el privilegio de aprender durante casi una década.  Tampocoestuve en el Quartier Latin en Mayo de 1968 (no había nacido) o el 15 de Mayo de 2008 en la Puerta del Sol en Madrid y no por ello estos dos eventos han dejado de marcar mi posicionamiento académico y político.  Sin embargo, el día en que varios alumnas y alumnosdecidieron unir simbólicamente un puente entre ambos eventos, a pocos pasos del cubículo donde leo, pienso y sueño con sucesos así, es uno de los acontecimientos fundamentales del espacio micropolítico al que pertenezco. En lo teórico, el cuestionamiento al candidato presidencial Enrique Peña Nieto, significa también una conjura contra las certezas.  Significa que ninguna alianza de poderosos intereses económicos, mediáticos y políticos (que rebasan al propio candidato y a su partido), tendrá la complicidad del aplauso o del twitteo automático adulador o peor, del silencio complaciente o miedoso. Otra certeza que ha caído es el análisis, tan repetido desde sectores tanto de derecha como de la izquierda más derechizada, según el cual las nuevas propuestas políticas se quedan solo en happenings o acontecimientos y no forman una bloque de acción política.  La protesta desencadenada por la abierta provocación autoritaria del candidato priista en su defensa de la represión en Atenco, no sólo fue un momento efímero, fue un acto proyectado hacia el devenir de las elecciones del 2012.  Al igual que las protestas en la plaza syntagma en Atenas y su influencia en las eleccionesgenerales griegas, la relación entre manifestaciones, ocupaciones y política electoral parece irse tejiendo de manera más articulada.  El decepcionante ejemplo de las elecciones generales en España de 2011 y la ruptura entre movimientos sociales y acciones electorales, parece llevar otro rumbo en los casos de Grecia y México.

Quizá el derrumbe más grande a las certezas fueaquella del equipo de campaña y mediático del candidato priista, relativa a su propia visión errónea de las personas que conformamos la comunidad universitaria de la UIA.  Siempre he recordado otro momento en el que sentí el gran honor que significa aprender y compartir educación en un entorno de inspiración jesuítico y fue justo en el mismo auditorio en que Enrique Peña pronunciaba su autoalabanza al uso brutal de la fuerza pública y violaciones masivas a derechos humanos en San Salvador Atenco y Texcoco.  El contraste con el ambiente en el auditorio algunos años antes en la ceremonia de entrega de un premio al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez en la Ibero, era enorme.  En esa ocasión escuche al actual rector de la Universidad Iberoamericana en Puebla David Fernández S.J. una frase que resume en muchos sentidos la lucha por los derechos humanos desde una postura teológica progresista: "la defensa de los derechos humanos es una labor erótica".  Creo que justo esa necesidad de sentir el dolor de las personas a quienes les es clausurada su forma de vida  y su propia existencia, como campesinos o pequeños comerciantes, es la verdadera función de la reivindicación social de los derechos humanos.  Creo que eso es, en resumen, el espíritu que nutre la protesta de los alumnos y alumnas frente a quien repite la retórica y el discurso de la represión, recordándonos a Tlateloco y de la "Guerra Sucia".  El discurso de Peña no sólo retorna la memoria de épocas que creíamos superadas, sino denota su ignorancia del foro ante el que habla.   No es nuestro, en el sentido más estrictamente erótico, el dolor de San Salvador Atenco, sino también la memoria colectiva de los asesinatos en la Universidad Centroamericana, entre ellosde Ignacio Ellacurría.  Pretender que la comunidad de alumnos, profesores y trabajadores de la UniversidadIberoamericana no tenemos esa  memoria es no saber que terreno se pisa.    

 

 

Miguel Rábago Dorbecker

No de empleado 7754

Profesor de Derechos Humanos

Universidad Iberoamericana


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