Este texto lo publiqué en 2009. Víspera de las elecciones Alemanas, pensé rescatarlo.
Angela Merkel, un perfil.
Por: Geraldina González de la Vega
Foto © Konrad Rufus
Müller
Desde 2005 –quizá antes- leemos en
los diarios europeos “¿Quién es
Angela Merkel?” “Angela Merkel, una desconocida”. “Merkel, la esfinge”. En fin.
Títulos y artículos que apelan a la falta de perfil de Angela Merkel, a la
dificultad para retratarla, ¿qué
quiere Angela Merkel?, se preguntan. En realidad el problema no estriba en que
nadie sepa nada de ella, el problema, o más bien, la cuestión es que Angela
Merkel no cabe en un molde y por lo tanto cuesta trabajo definirla. Como líder
del partido cristiano demócrata, difícilmente entra en esa clasificación, pues
para Merkel primero está la libertad y la individualidad, incluso antes que los
valores conservadores del cristianismo y a pesar de ser hija de un pastor luterano.
Como mujer en la política, Angela Merkel no formó, ni forma parte de los
movimientos feministas, lo que la coloca en un espacio neutral frente al “Club
de Tobi” y el grupo feminista de la Unión. Esta cuestión choca un poco con el
modelo de femenidad de las mujeres de su generación: la quema brassieres o la
frívola. Como científica pura y dura,
salió de la academia para buscar espacio en la lucha por el poder, aunque haya
declarado que “antes también quería el poder –sobre las moléculas”. Como
alemana oriental, es difícil de definir, se encuentra a medio camino entre el
comunismo y el capitalismo renano. Representa con la CDU la tradición
occidental alemana, aunque no le haya tocado vivirla. Pretende conjugar una
sólida relación Atlántica pero al mismo tiempo se relaciona con Europa central
y oriental. No sigue un modelo, ni una ideología. Angela Merkel no nos muestra
la imagen familiar, ni de pareja. Se le quiere encajonar en el papel de “dama
de hierro” y ella prefiere sonreir o hacer caras frente a las cámaras de TV. Se
le critica su imagen en los medios, pero es la Canciller que más y mejor los ha
usado. Merkel busca ser directa y didáctica, no diplomática ni agradable.
Prefiere la racionalidad que las tradiciones. Prefiere resolver problemas que
aferrarse a ideas. Angela Merkel es la primera mujer Canciller de Alemania, la
más jóven, la única científica y la primera que vivió en la extinta República
Democrática Alemana.
Angela Merkel se enroló en el CDU
después de la caída del Muro, quizá como la única opción para perseguir aquello
que buscaba: la libertad. Angela Dorothea Kasner nació en Hamburgo en 1954, su
padre, pastor de la iglesia luterana, decidió llevar a su familia a vivir a
Templin, en Brandenburg, dentro de la
recién formada República Democrática Alemana. Horst Kasner era conocido como
“el rojo Kasner” por sus nexos con el Gobierno del SED. Su madre, Herlind
Kasner es miembro del SPD. A pesar de que el Gobierno comunista censuraba a las
iglesias, el padre Kasner buscó relacionarse con él para obtener flexibilidad y
privilegios. Gracias a ello, Angela pudo estudiar Física, sin ningún problema,
en la Universidad de Leipzig. Ello, a pesar de no haber recibido la “consagración
juvenil” propia del regímenes comunistas y requisito de “confiabilidad ante el
régimen”. El apellido Merkel lo obtuvo de su primer marido, el también físico, Ulrich
Merkel, con quien contrajo matrimonio en 1977 y de quien se divorció en 1982.
Angela no recobró su apellido de soltera, quizá por su ya sólida carrera
académica, quizá para alejarse de la ideología que su familia sostenía. Lo
cierto es que Angela Merkel ha probado a lo largo de su carrera ser una persona
independiente y autónoma. En 1998 contrajo matrimonio con su colega, Joachim
Sauer, quien la acompaña ocasionalmente. Se dice que Angela Merkel logró su primer puesto
político como vocera del gobierno del CDU oriental gracias a los nexos de su
padre con Lothar de Maizere, el último jefe de Gobierno de la RDA. Desde entonces
la carrera de Merkel subió como la espuma, en tan sólo 15 años pasó de ser la
Profesora Merkel, a ser la Canciller Merkel y según Forbes, la mujer más
poderosa del mundo.
El biógrafo de Merkel, Gerd
Langguth, cuenta que cerca de su cumpleaños número treinta, su padre le dijo “Angela,
no haz llegado muy lejos”, dicho que ella se tomó a pecho y que puede ser uno
de los momentos de rompimiento para su carrera personal y política. Su
personalidad decidida se muestra en la forma en que fué escalando uno a uno los
escalones del partido, desde vocera en la RDA, Ministra de Mujeres y Familia y
de Medio Ambiente durante el Gobierno de Helmut Kohl, hasta llegar a ser la
primera mujer presidenta del CDU federal en 2000. La Presidencia la consiguió gracias
a que supo mover de manera calculada e inteligente sus fichas en el tablero. Su
muy criticada carta de despedida a su protector Kohl, en diciembre de 1999,
después del escándalo de donativos secretos a la Unión, obligó al entonces
Presidente del partido y hoy Ministro del Interior, Wolfgang Schäuble a
presentar su renuncia. Merkel, en ese momento Secretaria General, se encontraba
en una posición óptima para recibir la Presidencia, la carta la había dado el
poder de facto. Para las elecciones de 2002 Merkel pretendía lanzarse como
candidata por la Unión, pero tuvo que ceder en el famoso desayuno de
Wolfratshausen a favor de Edmund Stoiber, quien tenía el apoyo de todos los
barones de la Unión. Después de la derrota electoral, Merkel se posicionó para
derrocar a Friedrich Merz, quien tenía en liderazgo de la fracción en el
Bundestag. A partir de 2002, con el
partido en sus manos, Presidenta y Líder de la fracción del CDU en el
Bundestag, Angela Merkel comenzó a construir su camino hacia la Cancillería.
Después de los resultados electorales de 2005, que fueron en realidad los
peores que ha tenido la Unión desde su formación con Adenauer, Angela Merkel
esperó pacientemente la caída de Schröder y la posibilidad de aprovechar el
momento para hacerse del poder. Unos días después de la elección, su partido le
reiteró el apoyo con una impresionante mayoría, con ello Merkel salió
fortalecida y decidida a formar un gobierno, en el que ella sería la jefa. El
22 de noviembre de 2005 Angela Merkel recibió 397 votos a favor, de 611.
Norbert Lammert, Presidente del Bundestag le dijo “Liebe Frau Merkel, es usted
la primera mujer electa Canciller de ésta democracia”, después, ella juró el
cargo y recibió el nombramiento del Presidente Federal. Sus padres Horst y
Herlind Kasner estaban en la tribuna. Joachim Sauer presenció todo por
televisión en una habitación contigüa al pleno en el edificio del Reichstag.
Después de las celebraciones, Angela Merkel se retiró a su casa, para tomar una
copa de vino con su marido, y celebrar solos.
¿Qué no sabemos sobre Angela
Merkel? Quizá no se sabe qué tipo de pijama usa o qué música escuchaba en su
juventud. Se ha mitificado su persona a tal grado que, después de 9 años de
estelaridad, se sigue preguntando ¿quién es Angela Merkel, en realidad? Ella se ha cansado de decir, “lo que
ven es lo que soy” o su clásica respuesta ante cuestionamientos sobre modelos o
héroes “ich bin ich” (yo soy yo). Angela Merkel no cabe en el típico molde de
las políticas de su edad que catapultaron sus carreras gracias a los
movimientos feministas de los sesenta y setenta. No le tocaron. Ella nació
dentro del postfeminismo, la igualdad antropológica del comunismo no hacía
necesario que la mujer quemara brassieres para ser igual que los varones.
Angela Merkel tampoco encarna a la mujer que cumple con el dictado conservador
Küche, Kirche, Kinder (cocina, iglesia, hijos). Por alguna razón ella no tuvo
hijos, Angela Merkel creció en una Iglesia y ha dicho en entrevistas, que
cocina unos excelentes Rouladen. Se ha decantado siempre a favor de la libertad
“Im zweifel für die Freiheit” (en caso de duda, por la libertad). Lo podemos
ver en su apoyo al reconocimiento de las parejas gay, en las cuestiones de
bioética y genética, y en su posición minoritaria dentro de las filas de la Unión
en temas como la despenalización del aborto o la situación privilegiada del
matrimonio y la familia. Su gobierno de Gran Coalición ha hecho todavía más
difícil la decantación de Merkel en un molde, pues ha apoyado políticas que
para las bases de la Unión se antojan demasiado socialistas o intervencionistas.
La realidad es que la Unión –como el SPD- sufren una crisis de identidad que
buscan achacar a sus líderes. Angela Merkel además no representa al político
clásico que abusa de la retórica, del carisma y de las ideas, Angela Merkel se
enfoca a los problemas y a sus soluciones, su método es científico, prueba y
error, lo que le permite una búsqueda consecuente de soluciones y su corrección
en el curso. Aunque no lo parezca, Merkel tiene ambición de poder y prueba de
ello es que hoy se sienta en la oficina principal del Band des Bundes, como se
conoce a la serie de edificios realizados por Axel Schultes, donde se alojan
las oficinas de gobierno federal en Berlín. Y Angela Merkel, pretende quedarse.
Merkel tiene una formación
científica, por ello su pensamiento está libre de ideologías, ella parte de la
necesidad del funcionamiento eficiente de la sociedad y da preferencia a las
soluciones racionales frente a las experiencias o tradiciones. Es ambiciosa y
le gusta ser la “chica aplicada”, hace lo que se propone, y busca hacerlo bien.
La ausencia de una campaña política se debe en parte a que Angela Merkel no
propone ideas, propone soluciones que no son definibles a través de ideas
básicas, sino que se desarrollan al responder preguntas concretas. Sus virtudes
se convierten en sus mayores defectos: la falta de carisma, de ideología, de
empatía, de lealtades, su extrema racionalidad y su independencia y soledad. Al
final del día, ello la ha llevado hasta donde está y ello mismo podrá
arrancarla de allí.
Gerd Langguth ha descrito a
la octava Canciller de Alemania de la siguiente forma: Angela Merkel es
ambiciosa y disciplinada; es una persona que prefiere atender a la razón que a
las ideologías; debido a su experiencia en la RDA, prefiere buscar una vía para
dar preferencia a la individualidad y a la libertad; por lo mismo, no confunde
su privacidad y sus sentimientos con el mundo oficial de la lealtad al Estado;
no tiene un sistema de lealtades, la gente que la rodea es gente eficiente o
eficaz en su trabajo; sus convicciones son en realidad lo contrario de lo que
vivió en el socialismo de la RDA, piensa en categorías de libertad individual y
responsabilidad; por lo anterior, tiene una imagen muy positiva de los Estados
Unidos; no apoya la reglamentación de la sociedad, favorece el in dubio pro libertatis; se decanta más a
favor de la compresión racional de los objetivos políticos que a favor de las
posiciones fundamentales cristianodemócratas; la imagen femenina de Merkel está
fuertemente influída por su experiencia en la RDA, por ello cobra distancia de
las políticas feministas de la RFA y presenta una imagen sobria y poco
atractiva; Merkel representa como nadie la historia general de Alemania,
representa el éxito de la RFA, la herida del comunismo y la división, así como
una empatía con Europa central y oriental; Merkel reconoce el momento exacto de
la oportunidad y para su realización toma cualquier riesgo; Merkel trabaja con
los medios para participar activamente en la formación de la opinión pública, a
diferencia de Schröder que buscaba gobernar los medios, Merkel busca gobernar
con los medios; y para Langguth, Angela Merkel es una canciller comodín, pues
su perfil y su falta de raíces ideológicas la hace candidata a gobernar con
-casi- cualquier constelación posible.
Según su biógrafo, la
coalición favorita de Angela Merkel debe ser la Gran Coalición, pues es con la
única con la que puede realizar grandes reformas, como las que durante la 16.
Legislatura se realizaron: en el tema laboral, la jubilación hasta los 67 años;
en la política de salud, los fondos sanitarios; en la política familiar,
guarderías y dinero para la educación; en la política fiscal, subida del IVA;
en la política europea, Angela Merkel obtuvo el apodo de la “Canciller del
Clima”; en el tema ferroviario (DBahn),
la privatización –que se vió truncada por la crisis-; en el manejo de la
crisis, los dos paquetes de rescate y la negociación para rescatar Opel. En el
ámbito internacional, Angela Merkel tuvo un excelente debut en la cumbre
europea de 2006. El primer trimestre de 2007, Alemania retuvo la Presidencia
del Consejo con éxito. Merkel logró posicionar el tema del cambio climático en
Europa y con los Estados Unidos en la reunión del G8 en Heiligendamm en junio
de 2007. También ha realizado algunos
pasos controvertidos en la escena internacional pero que muestran la
consecuencia de sus principios, ha presionado a Rusia y a China en los temas de
Derechos Humanos y recibió al Dalai Lama en Berlín. En septiembre pasado fué
criticada su posición respecto de la participación del Estado y de Europa en la
crisis financiera. Algunas medidas que adoptó la Gran Coalición, como la “prima
por desguace” (Abwräckprämie) han sido criticadas por la oposición, también por
los posibles socios: los liberales del FDP. Pero por las encuestas todo parece
indicar, que para que Alemania logre una recuperación consecuente, es necesario
que siga el Gobierno formado por la Unión y el SPD. Después de todo lo que se
necesitan son soluciones racionales y no parches ideológicos, quizá Angela
Merkel es el patrón de un nuevo modelo de política: la racional.
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