jueves, 19 de marzo de 2009

Mauricio Funes, la esperanza de El Salvador


Les comentaba el viernes pasado que el domingo 15 se celebrarían elecciones presidenciales en El Salvador y que las esperanzas estaban puestas en el triunfo de la oposición, el FMLN con Mauricio Funes, después de 20 años de gobierno de ARENA. ARENA, partido de derechas tomó el poder después de décadas de dictaduras militares y juntas revolucionarias que se instalaron en el país desde principios del siglo XX. Farabundo Martí, fué un revolucionario comunista se opuso a la dictadura martinista en 1932, y fue detenido y fusilado. Su memoria fué recogida en la formación del FMLN, conglomerado de varios grupos guerrilleros y protagonistas de uno de los bandos de la guerra civil salvadoreña.
El FMLN formado a raíz de la guerrilla que se enfrentó a los gobiernos militares que asesinaron a millones de salvadoreños, sobre todo indígenas, presentó este 2009 por primera vez un candidato no guerrillero. Funes, periodista, presenta un programa socialdemócrata que pretende generar un país moderno con instituciones fuertes, capaces de sostener la democracia ganada el domingo a través de las urnas. En 1992 mediante los pactos que pusieron fin a la guerra civil (1980-1992), el FMNL se organizó como un partido político, y desde entonces ha luchado por llegar al poder y lograr "Gobernar como Monseñor Romero quería que los hombres de su tiempo gobernaran."
Su fuente de inspiración, como la de muchísimos salvadoreños es el Monseñor Romero, quien fuera asesinado a finales de los ochenta, detonando el enfrentamiento de las guerrillas, ARENA y las juntas revolucionarias. Un día antes de su muerte, Oscar Romero, en su homilía, se dirigió al ejército salvadoreño:
Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles... Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: "No matar". Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión.
Monseñor Romero, murió por el tiro certero de un francotirador de un grupo dirigido por el fundador de ARENA, Roberto d'Aubuisson, mientras oficiaba una misa en un hospicio de enfermos terminales, lugar en donde se encontraba refugiado después de haber pronunciado esas palabras en contra del régimen. Su sueño de ver un El Salvador unido, en donde nadie valiera más que nadie, en donde el poder sirviera para generar igualdad y libertad, se ha visto en parte realizado con el triunfo del FMNL por 3 puntos sobre ARENA.
Evidentemente las campañas fueron durísimas y la sociedad salvadoreña se encuentra dividida. Ahora es tiempo de unidad y eso busca el Presidente electo. Se ha dicho que Funes pretende aliarse con Chávez, que va a convertir a El Salvador en una dictadura comunista, que a la gente les quitará sus propiedades, etc. Veo difícil que Chávez pueda tener alguna influencia directa con Funes, y no tanto porque Funes no quiera, sino porque el precio del petróleo no se lo va a permitir a Chávez. La avanzada chavista va a bajar de intensidad con el barril a unos 40 dólares, ya lo hemos visto ahora con sus modificaciones al gasto en Venezuela. La realidad es que el discurso de Funes se parece mucho más al de Lula o al de Bachelet. No habla en tonos populistas, sino más bien como un socialdemócrata, respetuoso del Estado de Derecho. Funes pretende, sí, darle su "turno a los ofendidos" pero eso no significa oprimir a los no ofendidos -o privilegiados- à la Evo. El mismo Presidente electo ha dicho que para actuar necesita del aval de su Congreso, en donde no tiene la mayoría. Además, la economía Salvadoreña, en dólares, depende en cierta medida de los Estados Unidos y más ahora con la crisis. Dudo que Funes quiera aliarse con el grupo radical de Latinoamérica.
En esta entrevista vemos a un Funes lúcido, moderado, inteligente. Ha prometido construir un gobierno de unidad nacional, con vocación de justicia y solidaridad y con una opción preferencial por los pobres y la clase media. Su retórica es calmada, institucional, no bravucona anti-yanqui, sino de razones y relaciones. Reconoce la importancia de mantener las relaciones con los Estados Unidos, lo que no debe significar rendirse ante ellos, sino relacionarse de tú a tú.
Funes representa una gran esperanza para el pueblo Salvadoreño, sin embargo, es importante recalcar que la sociedad debe asumir también su responsabilidad. Nuestros pueblos muchas veces cometen el error de transmitir la responsabilidad -toda- con su voto, como si allí terminara su obligación, cuando la realidad es que la democracia comienza con el voto. Es turno de todo el pueblo salvadoreño de construir su democracia y preservarla. Éxito!


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