martes, 10 de marzo de 2009

Sobre la Esquizofrenia Gubernamental y el problema de Merkel


La esquizofrenia (del griego, schizo: "división" o "escisión" y phrenos: "mente") es una enfermedad crónica y severa que describe un grupo de síntomas y signos que están presentes en algunas personas. Se caracteriza por una mutación sostenida de varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo, principalmente de la conciencia de realidad, y una desorganización neuropsicológica más o menos compleja, en especial de las funciones ejecutivas, que lleva a una dificultad para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas, y una significativa disfunción social.
En la caricatura las águilas federales (Bundesadlern) dicen "por aquí!" "no, por acá!" y abajo dice "la gran coalición (se) despega".
A tan sólo 6 meses de las elecciones federales los grandes partidos que forman el gobierno están gobernando "de muertito". Apurados ambos bandos por perfilarse y enviar a los ciudadanos las señales adecuadas que los identifiquen y sobre todo, los separen del adversario, han dejado al gobierno algo de lado. El SPD lleva ventaja pues desde que Münterfering llegó a poner orden a finales del año pasado, han ido encontrando su rumbo y lo más importante, su personalidad. Steinmeier ha podido irse perfilando internacionalmente y el SPD ha logrado mostrar una imagen diferente a la de la gran coalición. La suerte de Angela Merkel no ha sido la misma, dedicada ahora a un escaso Crisis Management ha sido atacada por fuego amigo y enemigo por no darle una personalidad definida al CDU de quien es la presidenta. Los llamados barones de la Unión (CDU y CSU) la han atacado por no perfilarse de manera decidida en la solución de la crisis en general y de problemas resultantes de ella como la terríble crisis de Opel. Así mismo, los errores cometidos por la Canciller en el caso de Ratzinger, el problema desatado con Polonia por la nominación de Steinbach para la asociación de expulsados y su negativa a bajar impuestos han generado enorme crítica de parte de todos lados. Las mismas encuestas colocan a Merkel ya por debajo de Steinmeier (sin que él haya ganado 1 sólo punto) y a la CDU regalándole electores al FDP.
Angela Merkel quien se había perfilado como una fuerte defensora del libre mercado, ha tenido que ceder a la hora de las negociaciones en la mesa de la gran coalición, de manera que su perfil y el del partido, han ido perdiendo definición, tanto que muchos votantes están prefiriendo la decisividad de Westerwelle. Angela Merkel ha fungido más como moderadora que como Canciller y urge que regrese a su antiguo perfil. Y es que el problema está en que al definir sus líneas en el llamado Leipziger Programm, Angela Merkel jamás pensó que en 2008 se desatara una crisis financiera y económica que impidera defender el neoliberalismo. Ahora ella se ha dedicado a proponer una fuerte regulación, transparencia y rendición de cuentas en los sistemas financieros, cuestión que no ha caido muy en gracia a la base fuerte del partido: los empresarios.
El fuego amigo grita a Merkel "es demasiado pasiva y está demasiado lista para comprometerse" la realidad dicen, es que debe reaccionar menos a los compromisos del SPD y más a la línea del CDU. El perfil conservador de la Unión se está debilitando, dicen algunos miembros del partido, "es una política con una mezcla de centro y de apariencia liberal" dicen otros formadores de ideología de la Unión.
Merkel intentó revolucionar el partido que está basado principalmente en católicos muy relacionados con la iglesia, junto con la Ministra de Familia, Ursula von der Leyen dieron un nuevo perfil al partido en el tema de la familia y en el tema de educación. Merkel, que fué hasta la reunificación alemana profesora de física, tiene un estilo peculiar que desespera a los políticos clásicos, quienes ven sus filas erosionarse, al igual que el SPD. Los expertos llaman la atención a la disolusión de los clásicos partidos alemanes: la socialdemocracia y la democracia cristiana.
La realidad es que Merkel está comprometida más que con una ideología partidista, con valores liberales.
Al haber crecido en la DDR (RDA) Merkel favorece la economía de mercado y el liberalismo, pero precisamente por ser liberal, Angela Merkel pone primero ciertos principios como los límites o los mecanismos de control al Estado o desde el Estado, para favorecer valores como la libertad y la igualdad. Y eso es lo que la tiene ahora atada de manos.
Angela Merkel debe definirse y definir el rumbo que quiere darle a su partido, la realidad es que los votantes alemanes de la Unión están prefiriendo dos cosas: la libertad (menos Estado) y la certeza.
El SPD también reclama a Merkel falta de dirección en temas como salario mínimo, crisis laboral y Opel.
Pero la realidad es que Merkel para poder ganar en septiembre tiene que ganar primero en su casa y después, a los demás partidos. Los barones de la Unión están cayendo en la desesperación y el conservadurismo absoluto, presionados muy segurimente por las empresas y la iglesia. Mientras ellos mismos sigan transmitiendo a los votantes que SU candidata y presidenta del partido no puede gobernar, ellos mismos los seguirán ahuyentando hacia el FDP.
En una entrevista con Die Zeit, el biógrafo de Angela Merkel, Gerd Langguth, dijo que efectivamente dentro del partido y como presidenta de éste, Merkel podría hacer más, pero como Canciller ella está trabajando bien. Recuerda la política ruda de la era de Schröder, "pegando en la mesa en un gobierno de gran coalición no llegaría muy lejos", en cambio Alemania es una democracia de consenso y Merkel ha logrado muchos consensos últimamente. Langguth comenta que Angela Merkel es una cristianodemócrata liberal y que es mejor que siga como está para ganar nuevos votantes en lugar de perseguir a los conservadores, debe tomar en cuenta el ambiente.
Angela Merkel se pondrá la camiseta de las CDU/CSU pronto, por el momento hay demasiados problemas que resolver y aunque envíe señal distinta a la que los barones de su equipo quieren oír, Merkel está siendo sensata, evita el populismo electoral y prefiere tomar decisiones razonables aunque sean poco atractivas. En los diarios internacionales se le critica por no querer adoptar las medidas à la Obama, pero ciertamente Alemania no sufre una crisis como la Norteamericana o la Británica. Su posicionamiento ha sido el de prueba y error y hasta ahora le ha funcionado, no busca coronas de laurel, busca solucionar el problema que le ponen enfrente.
Será importante su posicionamiento en el G20 este abril, así como las decisiones que se tomen con respecto a Opel.
Seehofer sigue mordiéndose el brazo e invocando a Strauß, y en franco pleito con Merkel declara que él luchará por los votantes de la Unión que Merkel ha despreciado: los católicos y los expatriados. Y como justificación da "para evitar la verguenza en las elecciones europeas y federales", pues Merkel ha representado exactamente lo contrario: reformas en materia familiar modernas, dejar la nostalgia por los expatriados como parte de la historia y dejar de ser el brazo político de la Iglesia. Cem Özdemir, líder del Verde dice que la Canciller es "Presidenta sin partido". Mientras Seehofer se pone místico "olvidemos el nirvana de los nuevos votantes, debemos procurar a nuestras bases, ahora los empresarios liberales se van al FDP y los campesinos con los Freie Wähler."
Seehofer representa según el Spiegel una mezcla de populismo conservador, a lo que él responde "para mi ser populista es un cumplido, los políticos tenemos que decir las cosas para que la gente las entienda, Strauß siempre dijo 'hay que pensar complicado y hablar sencillo, no al revés'."

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