Ayer justamente me sorprendía una entrada del Blog del Oso Bruno acerca de la recomendación por parte del Secretario de Salud Córdova de no usar corbata. Primero no entendí la relación entre la salud y la corbata. Después me enteré de que la recomendación era porque "la corbata puede ser un reservorio de microorganismos". Proponía yo al Oso que podrían ponerse condones a la corbata, digo, para proteger a su portador de microorganismos infecciosos, así como ahora todos traen tapabocas y guantes, pues un condón en la corbata no sería visto raro.
La columna de Sarmiento da una pista interesante: "En esta crisis de influenza, sin embargo, ciertos productos y aditamentos se han convertido en símbolos. La corbata es uno de ellos. Poco importa si realmente hay beneficios en usarla o no, lo importante es mostrar la preocupación por la epidemia."
Como vivo 7 horas adelantada de los acontecimientos mexicanos, apenas hoy miércoles leo en varias editoriales y comentarios de facebook y twitter las reacciones ante ésta recomendación. Resulta simpático y sorprendente leer que la gran mayoría de hombres odian la corbata! y todos están muy contentos de poder ir liberados de ella a trabajar. Algunos proponen que ésta recomendación sea definitiva y que se levante un monumento a José Ángel Córdova como el liberador de este yugo masculino. El primer masculinista de México!
Lo cierto es que gracias a la epidemia, quizá en los próximos días -una vez que se levante la cuarentena mexicana- veremos hordas de graciosos hombres quemando corbatas en las plazas públicas.
Qué veremos en el "Freedom Trash Can" masculino?
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