Ayer me escapé todo el día a la antigüa capital de la República Federal Alemana: Bonn. La última vez que estuve allí llovía y nuestro recorrido por el Regierungsviertel (barrio del gobierno) fué bastante gris y solitario. Me dió la impresión de que Bonn era una ciudad fantasma, como esos pueblos vaqueros en donde solamente se escucha el pasado y algunas hojas secas que rebotan entre las casas abandonadas.
Ayer la experiencia no fué muy distinta, pues fuí solamente a dos museos, pero sí debo reconocer que encontré una Bonn cosmopolita, desde el metro hasta la gente en los museos. Había pocos turistas y los empleados de los museos provenían de diferentes nacionalidades: La Sra. que recoge los boletos era hindú, la chica de los audifonos chilena y la cajera brasileña, el del guardaropa de Camerún y el mesero no supe de donde, pero tenía un acento que me sonó de Europa Central.
Entre Aachen y Bonn no hay más de 150 kilómetros, pero en tren tengo que ir primero hacia Colonia (Köln) y de allí tomar un tren hasta Bonn. Es un camino de una hora y media. En la estación central de Bonn está perfectamente anunciado por dónde y cómo llegar tanto a la Milla de los Museos (Museum Meile) o al Barrio del Gobierno. Tomé el metro y aparecí exactamente frente al Kunst Museum Bonn. Mi intención era ver tres exposiciones que se encuentran en dos museos: Kandinsky, grabados y dibujos en el Kunst Museum y otras dos en el Kunst- und Ausstellungshalle der Bundesrepublik Deutschland (que aquí llamaré Halle): Modigliani y Cumbre de los Modernos. Pensé que la Cumbre sería la más larga por tratarse de la colección del Museo de Arte Winterthur en Suiza que se encuentra en remodelación y presta su obra a Bonn. En efecto, tres horas me pasé admirando pinturas de varios de mis favoritos y conociendo a otros pintores y escultores que no conocía.
En la entrada te encuentras con una escultura de unos 3 metros de Rodin, uno de los ciudadanos de Calais, un cuerpo masculino desnudo con una expresión de movimiento. Pierre de Wissant monumental. La expresión de su cuerpo y la idea de liberación de los ciudadanos de Calais está allí presente.
La escultura está rodeada por unos árboles danzantes de Cezanne, la iglesia de Moret a la luz de la mañana de Sisley, El Blv. de Montmatre en Mardigras de Pisarro y Les Pissentils de Van Gogh (muchas más, pero sólo platicaré sobre las que me gustaron).
Pasando la emoción de Pierre de Wissant me topé con una cabeza de bufón, me acerqué y se trataba de una tête de Fou de Picasso. Después descubrí a Odilón Redón, una hermosa pintura de una figura humana en tonos rosáceos Alsace o Moin Lisant. Aparecen después pinturas del grupo de los Nabis o profetas, para quienes el juego de la luz en la pintura es un elemento importante, así el cuadro Lábat-jour-orange de Pierre Bonnard muestra exactamente éste juego de luz que se desprende de casi el centro del cuadro de una lámpara naranja y cómo ésta luz refleja en las mujeres sentadas a la mesa y los objetos a su alrededor. Después encontré otra escultura de Renoir, Venus con la manzana de la discordia. Atrás, Ferdinand Holder con sus tonalidades azules, no fué de mis favoritos, pero la explicación de una pintura muy grande que representa a cuatro o cinco mujeres iguales me llamó la atención, el título es Blick in die Unendlichkeit, es decir, una mirada al infinito y representa a las mujeres como queriendo mostrar la igualdad de las personas, todas representan el mismo sentimiento, se mueven al mismo ritmo, no se tocan pero se sienten, traen la misma ropa y creo que quiso decir "todos somos humanos".
A un lado estaba Hugo Caro pintado por Oskar Kokoschka. La siguiente sala estaba dedicada específicamente a Vallotton y a Vouillard. Del primero se presenta un desnudo muy bello, del segundo me gustaron los efectos que logra en con el óleo al pintar sobre cartón. Ambos autores, parte de los Nabis, jugaban también con los símbolos, buscan representar ideas, sentimientos. "Un Cuadro es un Plano Liso".
Después viene el Modernismo con Rousseau, Delauney, Kandinsky, el Cubismo con Braque y Picasso y el Purismo como respuesta representado por LeCourbusier y Amédée. Ésta es mi época favorita, aquí pude ver un par de Juan Gris y los contrastes de Léger, para quien los cuerpos son objetos con cualidad plástica, no más no menos, son lo mismo que una bicicleta. Léger me recuerda a los rusos abstractos (ver mi entrada de Au Revoir Russland) Después la ventana de Delauney, ya deshaciéndose de los objetos, podemos distinguir escondida entre los colores una torre Eiffel verde. Apollinaire escribe poemas sobre las ventanas de Delauney para quien el color es el fruto de la leu es la base de la pintura (a diferencia de los cubistas, para quienes la base es la forma). Braque aparece con sus objetos múltiples, los cubistas toman un objeto y lo desmenuzan, buscan representar esa forma que recibe y forma el cerebro. Son influídos por Cezanne. Buscan revivir los colores ocre, gris y café. El Impacto del cubismo se encuentra en el arte Abstracto y en la Concrétion, el primero será el opuesto a los objetos el segundo busca ser más cercano a la naturaleza.
Aquí aparecen también un Picasso, Deux Personnages y un Klee, Augen in der Landschaft, rodeados de esculturas amorfas de Hans Arp, quien no puede encuadrarse en ninguna escuela o movimiento, aunque se podría clasificar como Arte Concreto, para él el arte es un momento intermedio, busca la autonomía del objeto, la anonimidad de éstos en el espacio, que se confundan en la naturaleza como los animales, las plantas o los seres humanos. Después encontré un Kandinsky, uno de mis favoritos, cuya exposición que ví más tarde, fué la causa de mi viaje a Bonn. Este Kandinsky es un cuadro que representaba una escena religiosa, como si se tratara de un vitral, muchos colores, y formas que representaban figuras humanas y de la naturaleza, influenciado por Monet, Kandinsky busca pintar lo que se ha quedado impregnado en el pensamiento, y busca lo mismo en su espectador. Lo logra, tengo ese cuadro bien grabado. Para él la pintura son imporvisaciones, juego de colores y formas, es como la música.
A lado una escultura extraterrestre de Brancusi, Danaide. Junto, dos Paul Klees, el segundo, una retícula de colores, llamada Blühendes o Blooming, me llama la atención. El centro de colores vivos va siendo influído por los colores oscuros, no hay líneas exactas, Klee juega con el color y la influencia de estos al estar juntos.
Viene el arte de Posguerra que me da la impresión de depresivo y una búsqueda de identidad sobre todo las esculturas de Giacometti, en especial Clearing o La Clairière de 1950, son 9 figuras humanas, seres humanos largos, presionados, flacos, absoribidos, abstraídos. Enfrente un Late Picasso, de su época mosquetera, Homme et Femme de 1961, él es un Mosquetero con bigotes sombrero y botas que hace el amor a una mujer. Alado la Exploded Head de Appel, violenta como su nombre, de 1958.
El arte de posguerra "American Abstract Painting" se traduce en aventura y riesgo, espontáneo y sentimental, no busca representar objetos ni personas. En lugar de Matisse, Picasso, Miró entran a escena los norteamericanos, los que ganaron la guerra. Richard Tuttle y sus tablas en donde combina color y forma con objetos. A pesar de la dominancia de la abstracción los artistas han continuado intentar representar acción. En los ochentas aparecen las ficciones, el estatus del trabajo de arte o las investigaciones artísticas ya no estaban al frente de la discusión. Lo que le da al artista la posibilidad de socavar el consenso y jugar con él, vienen las instalaciones. Giuseppe Penone presenta Riflesso del Bronzo, 6 paneles de Bronce muestran desde un panel que parece espejo y refleja su color en el piso como luz, hasta uno oxidado y doblado.
1997 fué la última fecha que registré con la obra de Gerhard Richter, una pintura que pensé que era una fotografía, y esa es la idea. Landschaft o paisaje es una pintura realizada con una técnica en donde Richter proyecta la fotografía sobre el linezo, la delínea al carbón, la pinta y con una técnica especial la difumina. La idea es representar el pasado. La pintura clásica es siempre presente, está sucediendo frente al pintor, en cambio la fotografía captura el momento que ya pasó. La pintura de Richter refleja el pasado, la cámara no reconoce objetos, solo los ve.
La Clairére de Giacometti
L´abat-jour-orange de Pierre Bonnard
La fenetre sur la ville de Delaunay
autoretrato de Ferdinand Holder
Sisley, La iglesia de Moret a la luz de la mañana.
Más tarde, contaré mi recorrido por las exposiciones de Kandinsky y de Modigliani.
viernes, 15 de mayo de 2009
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