miércoles, 1 de julio de 2009

Crónica del Golpe de Honduras....desde Honduras.





En las fotos la gente que apoya el Golpe contra Zelaya y el respeto a su Constitución.
Desde http://www.elheraldo.hn/Secciones-Secundarias/Fotos/Pais

Me resulta un tanto apasionada la crítica que un articulito del diario electrónico rebelión realiza contra El País, con el titular "Honduras: Al diario “El País” se le sale el golpismo", escrito por Patricia Rivas, el link circula por la red como una prueba de las malas intenciones de El País y de la derecha casposa y las oligarquías conservadoras (buuu). Rivas dice muy enojada: El País "revela en toda su dimensión la doble moral y la ideología acomodaticia al poder económico, de éste que trata de presentarse como un diario “de prestigio”, defensor de los valores democráticos y unta de barniz progresista una línea editorial que en nada se diferencia a la derecha más casposa."

Primero, los apelativos derecha igual a malo, e izquierda igual a bueno, son conceptos arrastrados de la era de la guerra fría que me parece hoy en día no tienen cabida y son bastante infantiles. Ante la idea de que la libertad es la única salida para que los Estados pobres salgan adelante, los socialistas trasnochados siguen apelando a esa confrontación boba del imperalismo yanqui contra "nosotros los pobres" hermanos latinoamericanos. Puag! Su favorito, el discurso castrista-chavista del imperialismo, la oligarquía burguesa y palabras semejantes....Creo que esa guerrita ideológica ha quedado superada, y quienes se inclinan hacia cualquier lado de la balanza comunidad-individuo, lo hacen hoy con base en los principios de la democracia constitucional, claro al menos si son congruentes con la idea de pleno respeto a los derechos humanos y la dignidad. De otra forma siguen montados en un socialismo trasnochado que no hizo otra cosa mas que coartar libertades en nombre de una comunidad superior cuyos jefes, claro, acababan tomando coca-cola y enviando a sus hijos a estudiar a Harvard. Bonita forma de buscar la libertad del pueblo. no?

Nuestra furibunda articulista de Rebelión dice:
"El rotativo estandarte de la socialdemocracia española rechaza única y exclusivamente, el aspecto militar del golpe, mientras avala a los protagonistas civiles de la asonada: la Corte Suprema, el Congreso y el poder electoral. ¿Por qué “El País”, un diario “progresista”, “demócrata”, que hace 30 años incluso veía con simpatía la lucha de los pueblos nicaragüense y salvadoreño por su liberación nacional contra los escuedrones de la muerte, toma hoy partido por la más rancia oligarquía hondureña? Todos sabemos que esta clase política es cómplice del sangriento papel que Honduras ha desempeñado en América Central durante el último siglo, y ahora se aferra a sus privilegios y recurre a sus gorilas, formados por el Pentágono en la Escuela de las Américas, para preservar por la fuerza lo que el pueblo hondureño está desafiando: un marco jurídico-político excluyente, que blinda los privilegios de la clase dominante y es apenas un remedo de democracia."

De aquí se desprenden dos cuestiones: una, se puede condenar el uso de las fuerzas armadas, pero se puede reconocer que el Presidente Zelaya violó la Constitución. Condenar la intervención militar no puede significar avalar la intención inconstitucional de Zelaya y esa postura no contradice un ápice la defensa de la socialdemocracia, ni la defensa de los pueblos nicaragüense y salvadoreño, porque lo que se defiende es, de nuevo, el respeto al estado de derecho. Y dos, por qué apoyar la necedad (inconstitucional) de un Presidente que quiere una nueva Constitución como si esa fuera la forma de sacar al pueblo hondureño de la pobreza? Una Constitución no es mágica. Se necesitan políticas correctas, respeto a la legalidad y sí, una economía sana. Por que hasta donde yo sé, escribir en la Constitución que todos tienen derecho a agua potable, no crea mágicamente pozos en cada esquina. Pregúnta a los bolivianos que tienen ese mágico artículo en su recién estrenada Constitución. Eso no lo da una nueva Constitución, lo da un Ejecutivo capaz. La pregunta es, Zelaya era un ejecutivo capaz? Zelaya mejoró los indices de pobreza? Zelaya recuperó la economía? mejoró el sistema educativo? de salud? Qué porcentaje de la población lo aprobaba y por qué el Congreso, su propio partido, y la jurisdicción están en su contra? Acaso son todos malos malditos de la mafia infernal y no quieren que Honduras salga de la pobreza? Aunque Occam no quiera en estos temas intervenir: "En igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta."

Segunda, El País es un diario que, al menos yo como lectora, no entiendo que quiera ser "progre" sino más bien socialdemócrata (que no es lo mismo) desde el punto de vista de los valores de la democracia y la constitución. No sé que quiera decir "progresista" para Rivas francamente, pues si se refiere a defender las libertades de todos y a reconocer que para ello son necesarios algunos derechos sociales, ah pues eso es defender, ajá, de nuevo, la democracia constitucional montada en, claro, la ideología socialdemócrata. Vaya que decir en Europa "soy progre" es bastante ñoño, bueno quizá en España no...cierto, con la iglesia católica siempre salvando consciencias perdidas que defienden derechos gay y abortos. Bueno, pero en todo caso, progres o no, qué tiene que ver eso con defender a un Presidente que intenta llevar a cabo una consulta inconstitucional? Ser "progre" no implica atacar el Estado de derecho...es contradictorio porque es precisamente el Estado de Derecho lo que protege los derechos progres de las comunidades conservadores, ej. la iglesia católica.
Y no creo que El País quiera referirse al socialismo leninista que los editores de Rebelión sueñan ni al socialismo del siglo XXI de Chávez, sino al socialismo democrático que reconoce en el Estado de Derecho y la democracia los sistemas menos malos para garantizar la libertad de los individuos pues reconocen tanto los derechos de las minorías (uy si, los progres) y los mecanismos para garanitizar la constitucionalidad del sistema y que el comunitarismo y la igualdad impuesta no fueron sistemas exitosos porque trasngredían derechos humanos. De manera que, me parece que el El País, defiende la línea de la democracia constitucional, modelo dentro del cual caben tanto la socialdemocracia (como la que parece defender ese diario, frente a la democracia cristiana y los nacionalismos de las provincias españolas)

Tercera, el reportaje (Que no es lo mismo que editorial) de El País, simplemente da cuenta de una realidad, inclusive critica por igual a Chávez que a Uribe, quien forma parte por cierto, de la derecha casposa. "La patología no sigue un patrón ideológico concreto: no importa que el viento sople por la izquierda, como en Venezuela; por la derecha, como en Colombia, o que dé bandazos, de un lado a otro, como en Honduras. Manuel Zelaya ha protagonizado la última intentona. Pero no es el único. Hoy sigue sin estar claro si el presidente colombiano, Álvaro Uribe, se volverá a presentar para lograr un tercer mandato, a pesar de que recientemente reconociese que es "inconveniente"." Que su autor diga que el golpe contra Chávez fue condenado inmediatamente por América y Europa, no convierte al periódico en un panfleto burgués, por favor. Habría que enviar una carta al diario y aclarar que Bush no condenó el golpe y que Aznar se tardó en hacerlo.

Cuarto, que el reportaje es eso, una nota de un periodista que no necesariamente comparte la opinión editorial de El País. Y en este caso es muy claro que la nota no es la opinión del periódico: REPORTAJE: Golpe en Honduras. La tentación de la presidencia vitalicia. Varios mandatarios han reformado la Constitución para seguir en el poder. JAVIER LAFUENTE - Madrid - 29/06/2009.


Aparte:

Me parece interesante leer los editoriales del Diario La Tribuna de Honduras desde el jueves pasado, se puede leer que el diario es de corte conservador por sus claras referencias a la iglesia, a dios y a la biblia. Sin embargo ello no es óbice para que una parte de la población sea ignorada.

Si en una democracia la balanza se inclina hacia la mayoría, en un Estado de Derecho la minoría, así sea uno, pesa lo mismo que esa mayoría. Una democracia sin Estado de Derecho, es decir, aquel Estado que se identifica únicamente con la regla de la mayoría, es una tiranía en potencia. Sin la protección de derechos de las minorías y la garantía de la competencia política y de la comunicación política contra decisiones mayoritarias, esa democracia, se convierte en una dictadura de la mayoría.

El llamado al gobierno de Honduras desde la comunidad internacional no puede ser más que el respeto a su Estado de Derecho y por sobre todas las cosas, a la vida, la integridad y las libertades de los hondureños. Los conflictos políticos son del pueblo de Honduras, y en ellos nadie, ningún gobierno extranjero ni organismo internacional puede meter la mano.

Aquí copio las editoriales de ese diario -sí, conservador- pero que representa la opinión de parte del pueblo hondureño:

*****
MULTITUDINARIA
25 Junio, 2009 Sección Editorial
POR si existía alguna duda sobre hacia donde se inclina la voluntad popular, la multitudinaria marcha en San Pedro Sula, organizada por las iglesias evangélicas, de defensa de la Constitución, de la paz y de la democracia, es testimonio suficiente. Un mar de gente de todos los niveles sociales y de todas las edades. Las pancartas más que elocuentes: “Queremos cumplir, defender y velar porque se cumpla la Constitución y las leyes, en nombre de Jesús”. “Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra, cuando domina el malvado, el pueblo gime”. (Proverbios 29:2). “Crisis mundial, gripe porcina, temblores, inseguridad, corrupción, hambruna, delincuencia, secuestros, desempleo, educación, salud, inundaciones: Pónganse a trabajar”.

En su mensaje titulado: “Viviendo en paz y libertad”, el reverendo Misael Argeñal le dijo a la multitud reunida: “Dios estableció el orden para que podamos convivir en sociedad; donde existe el orden está Dios, donde hay desorden brilla la confusión y se brindan los espacios para que el mal gobierne. Producto de ese desorden hemos sido llevados a una profunda división y polarización de la sociedad hondureña, produciéndose hasta este momento temores, ansiedad, desesperanza, angustia y aflicción en el espíritu de nuestro pueblo hondureño”. Recordó que en 1982 se estableció en Honduras un nuevo pacto social a través de la actual Constitución la que contiene principios y valores que son grandes fundamentos para la familia y sociedad.

“Honduras no necesita una nueva Constitución; pero sí algunas reformas, pues lo que verdaderamente requiere es el cambio en el corazón del hombre”. “Si ahora se permite que, sin fundamentos, se produzca una nueva Carta Magna la maldad humana se ensañará otra vez de nuestra tierra y la volverá a prostituir”. Advirtió que Honduras no ocupa ser la resonancia de Chávez de Venezuela, ni de Rafael Correa del Ecuador. “Somos una nación con identidad propia, con talentos, capacidades, virtudes y dones que el Divino Creador del Universo nos ha otorgado para hacer de Honduras una tierra bendita y próspera con ayuda del Dios que amamos y al Dios que servimos con gran pasión”. “Mantengamos a Honduras libre de ideologías e influencias extrañas que tuerzan nuestro camino, provocando más violencia, dolor y muerte de la que ya experimentamos con tristeza en nuestro suelo patrio”.

El pastor Roberto Marroquín leyó el pronunciamiento oficial que consigna: “Velar por el respeto de la Constitución. Reconocemos la necesidad del cambio y de la transformación hacia una sociedad justa, pero eso debe hacerse enmarcado en ley, ya que es deber de todo ciudadano defender y velar porque se cumpla la Constitución y las leyes”. El pastor Oswaldo Canales presidente de la Confraternidad Evangélica, dijo: “Antes de cambiar una nación hay que cambiar el corazón de cada uno de los hondureños, porque se necesita vivir un cristianismo real y no un cristianismo social de apariencia”. “La iglesia cristiana es respetuosa de la ley, por lo cual se requiere que todos los cambios que se tengan y que se originen, deben hacerse de acuerdo a ley y no saltando la cerca”.

LOS ACONTECIMIENTOS
26 Junio, 2009 Sección Editorial

LOS acontecimientos se han venido dando de la siguiente forma: La casa de gobierno organiza un proceso de consulta, en el que pretende preguntar a la ciudadanía si está de acuerdo con que se convoque una Asamblea Nacional Constituyente que redacte una nueva Constitución. La Constitución no permite lo anterior. En su artículo 375, relativo a la inviolabilidad, expresa que esta Constitución no pierde su vigencia ni deja de cumplirse por acto de fuerza o cuando fuere supuestamente derogada o modificada por cualquier otro medio o procedimiento distintos del que ella misma dispone.

Distintos sectores de la nacionalidad comienzan a pronunciarse en defensa de la Constitución, en foros, marchas y demostraciones públicas, mientras el gobierno hace lo propio, e insiste en llevar adelante la propuesta, arremetiendo duramente contra todo el que se opone a la instalación de ese tipo de consulta por considerarla violatoria del Estado de Derecho e incluso un impedimento al normal desarrollo del proceso electoral. A solicitud de la fiscalía, los juzgados declaran ilegal la encuesta organizada por el Ejecutivo y le ordena suspenderla. Sin embargo los funcionarios del gobierno dicen que su proyecto de “la cuarta urna” no tiene marcha atrás y se despliegan por todo el país, recogiendo firmas para la misma.

La casa de gobierno anuncia que ha dado instrucciones a las Fuerzas Armadas para que estas presten toda su logística a la realización de dicha encuesta. La opinión pública que defiende la Constitución, en un clima cada vez más agitado, se pronuncia señalando que no debe inmiscuirse a los militares en actos de naturaleza política y les solicitan no acatar las instrucciones. El clima de confrontación se calienta cada vez más, incluso provocando pronunciamientos contundentes de las iglesias Católica y Evangélica pidiendo el diálogo, paz, armonía y respeto a la Constitución y demás leyes. Lo último sesudos y reflexivos pronunciamientos de la Conferencia Episcopal, mensajes del líder espiritual Cardenal Oscar Andrés Rodríguez y los mensajes de los pastores en una multitudinaria marcha organizada por las iglesias evangélicas.

Se informa que el Estado Mayor Conjunto ha sido convocado a la casa de gobierno. Unas horas después, se presume que después que los comandantes militares informan que, respetando el fallo judicial, no pueden acatar las instrucciones recibidas para apoyar la consulta, comparece el mandatario en una cadena nacional informando que ha destituido al Jefe del Estado Mayor Conjunto y aceptado la renuncia del ministro de Defensa. Unos minutos después se conoce que los demás integrantes del Estado Mayor Conjunto estarían renunciando en solidaridad. La fiscalía presenta un recurso de amparo reclamando la irregular destitución del funcionario militar. El pleno de la Corte Suprema comparece ante la opinión pública anunciando que la Sala Constitucional ha admitido, con suspensión del acto reclamado, el amparo restituyendo en su cargo al Jefe del Estado Mayor Conjunto. El Congreso Nacional aprueba un decreto en el mismo sentido. El mandatario llama a sus seguidores a que lo acompañen a una misión que luego se sabe consiste en sacar de las instalaciones de la Fuerza Aérea todo el material que ahí estaba almacenado para montar el proceso de la cuestionada consulta este domingo.

CAPOTE
27 Junio, 2009 Sección Editorial
POBRECITO el nombre de Honduras. Por el conflicto de esta tal ilegal encuesta gubernamental, anda como trapo viejo en el ámbito internacional. La OEA discutiendo la crisis política hondureña a petición del gobierno. Habrase esperado semejante situación. Como si todo eso va a ayudar a que venga inversión al país. Ya de por sí la crisis económica tiene al país de rodillas, menos para que venga inversión cuando toda la gente está asustada y ahora el susto pasa a nivel internacional.

Los problemas nacionales descuidados, como si no hubiese problemas que atender. Los funcionarios públicos andan diseminados por todo el país, primero era recogiendo firmas y ahora montando la estructura para la tal consulta. Engañando al pobre pueblo pobre, pintándole espejismos, haciéndole creer que con eso va a resolverse los problemas del país. Que la pobreza va acabar, el crimen y la violencia van a apaciguarse, el desempleo va disminuir, los hospitales van a estar llenos de medicinas, la gasolina y demás artículos de consumo básico van a bajar de precio, etc. etc., con una nueva Constitución. Mucha gente es más viva. Acepta la propinita y dice que apoya la “cuarta”, sabiendo que este es el momento de conseguir. Después, quién sabe. Los más entusiasmados son todos estos dirigentes y activistas a los que han ofrecido integrar planillas de la Constituyente para darle cristiana sepultura a la Constitución.

Quisieron encasquetar a las Fuerzas Armadas en este proceso político, a pesar que las leyes establecen que la institución militar es apolítica y exigen a su Comandante General, el Presidente, que así la mantenga, “profesional, apolítica, obediente y no deliberante”. Pero obligaron a la institución castrense, renuentemente, a entrar a deliberar. Obligada por las circunstancias, derivadas de una orden improcedente que le dieron de prestar su infraestructura para apoyar una consulta donde la intención es dar al traste con la Constitución que, dicho sea de paso, ningún mal le ha hecho a nadie. Y cuando los militares, respetuosamente, informaron no poder cumplir con esa misión, impedida por la resolución de un juzgado, en vez de agradecer su compromiso a la Patria, los cesantearon.

Pero gracias a Dios hay instituciones de derecho que reaccionaron inmediatamente. Y con acciones paralelas, el Congreso Nacional con un decreto y la Corte Suprema, admitiendo un recurso de amparo presentado por la fiscalía, con suspensión del acto reclamado, restituyeron a su cargo al Jefe del Estado Mayor Conjunto destituido. Los militares han salido bien librados de la situación conflictiva. Pero además de ello, es importante que el país salga bien librado de esta crisis a la que lo embrocaron. Estar en crisis política además de la crisis económica es como cuando llueve sobre mojado. Todo se deteriora a medida que los días pasan. Los problemas no se atienden, no se resuelven, se agravan. Todo está caro, los precios de las gasolinas van para arriba, y con ello, todo lo demás. No hay presupuesto general y menos plan anti crisis.

La encuesta de este domingo está bastante desacreditada. Es una consulta unilateral, donde el que la promueve la supervisa, llena las urnas y cuenta los votos. Cuánto apostamos, que el “sí” va a meter capote, como ocurría en aquellas épocas pretéritas, que se creían superadas, de las nefastas imposiciones.

DÍAS DIFÍCILES
28 Junio, 2009 Sección Editorial
El primer error histórico que cometen los pueblos, expresaba un filósofo alemán, es el de nunca aprender de la historia. Esto significa que existe siempre el peligro de tropezarse con situaciones actuales, aparentemente inéditas, que podrían haberse evitado si se hubiera recurrido a las anticipaciones políticas o a la memoria histórica, corriente o trascendente, de los sucesos registrados en los archivos escritos o, como dicen los sociólogos, en el imaginario colectivo de la sociedad.

Sea como fuere hay momentos en la vida en que los ciudadanos, ricos y pobres o de cualquier estrato social, se encuentran desconcertados frente a las circunstancias que se vienen encima –o que incluso se escapan de las manos— sin saber cuáles podrían ser las decisiones correctas u oportunas para salir de una fuerte crisis coyuntural.

Pero también hay ciudadanos que se dejan arrastrar por la corriente simplista de los hechos sin preocuparse en discernir el trasfondo de las cosas, dejando para más tarde la posibilidad de desembocar en aquellos abismos históricos en donde impera la intolerancia y el “crujir de dientes”.

Pero al margen de la trama confusa de cualquier acontecimiento, los hondureños tenemos hoy en día la oportunidad extraordinaria de sentarnos a reflexionar sobre el destino inmediato y de largo plazo que nos espera como individuos pero también como colectividad. Es la ventaja relativa de encontrarnos en “la hondura de los tiempos”, tal como lo advertía el filósofo español Julián Marías, al padecer en forma directa los desastres apocalípticos de la guerra civil española, en aquella década irracional en que se enfrentaban mortalmente los republicanos y los franquistas, desconociendo, por razones ideológicas, su hermandad y su pasado histórico común; llevándose de encuentro inclusive a las personas inocentes que eran ajenas a cualquiera de los dos bandos enzarzados en la espantosa guerra fratricida. Julián Marías tuvo la oportunidad de marcharse hacia el exilio junto con su maestro José Ortega y Gasset. Sin embargo, prefirió quedarse en Madrid saboreando la hora más amarga de sus paisanos, condensada por el escritor peruano César Vallejo en aquel poema singular que lleva por título: “España, aparta de mí este cáliz”.

Los hondureños hemos experimentado el sinuoso camino de la vida republicana y democrática, desde los tiempos de la independencia, transitando de adversidad en adversidad. Y pareciera que lo continuaremos haciendo, ahora mismo y en los años venideros, hasta una fecha de imprecisa identificación futura. Algún día cercano (o lejano) llagaremos al final del túnel y podremos respirar bocanadas de aire fresco, hasta comprender la importancia vital, concreta e inmarcesible, de la libertad.

Todavía escuchamos o leemos el concepto de “libertad” como si se tratara de una abstracción demasiado lejana que en nada le concierne a la pobre hondureñidad. Como decían las viejitas de antes, “las cosas se aprecian hasta que se pierden”. Pero en todo caso la libertad es un concepto vital que tiene que ver con la fluidez de pensar y de expresarse sin temor alguno; con la tolerancia política; con la capacidad de moverse de un lugar a otro sin pedirle permiso a nadie; con la posibilidad de producir, comprar y vender sin restricciones y sin aquellas cartillas de eterno racionamiento alimentario. La libertad, a final de cuentas, es un hermoso concepto integral (asociado al de democracia real) respecto del cual los hombres y mujeres debemos luchar por conquistarlo cada día y cada hora, sin lastimar el derecho individual y colectivo de los demás. Es cierto que los días que corren son brumosos, y harto difíciles para todos. Pero algún día respiraremos el aire completo de la democracia, del respeto a la vida y de la libertad total.

DESENLACE
29 Junio, 2009 Sección Editorial
DEBEMOS decir que no teníamos conocimiento de cuanto iba a suceder. Ni supimos de los hechos con antelación, hasta que estos nos sorprendieron. Ni podemos estar de acuerdo con que todo esto aconteciera. Nos entristece profundamente. Este no es momento de fiesta para nadie, sino para lamentar que fracasó el diálogo y los acontecimientos fueron agravándose y empujándose unos a otros hasta llegar al lugar en que estamos. Más bien es necesario rogar que prevalezcan los más altos intereses nacionales y que, cualquiera sea el desenlace final, se salve la República.

Este es un resultado, una etapa inicial, de algo que todavía no concluye y que podría tener ramificaciones. Bien puede ser que quienes llegaron a estas determinaciones las tomaron pensando que lo hacían en el mejor interés del país. Una secuencia de hechos nos llevaron, lastimosamente, a donde estamos. Jamás podríamos estar de acuerdo que se vulnere la Constitución de la República, en ningún sentido, de parte de persona alguna, en lo individual, o de sector o grupo, en lo general, y menos por aquellos investidos de autoridad, que juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, y peor cuando se trata de cualquiera de los poderes del Estado. La Constitución debe respetarse en todo sentido sin vulnerar ninguno de los poderes constituidos.

El país alcanzo una etapa crítica de confrontación social, desgraciadamente alimentada desde el mismo gobierno, donde se fueron polarizando, cada vez más, quienes defendían el Estado de derecho y quienes pretendían convocar una Constituyente para darle cristiana sepultura a la Carta Fundamental. La crisis rebaso sus límites con la destitución del Jefe del Estado Mayor Conjunto, las injerencias ofensivas de un gobierno extranjero en un asunto interno, y un decreto ejecutivo desafiando la sentencia de los juzgados para llevar adelante un proceso, según lee su texto: “Encuesta de opinión pública convocatoria Asamblea Nacional Constituyente”, indicando que “constituye una actividad oficial del Gobierno de la República”.

El decreto del Consejo de Ministros lee que la consulta sería la siguiente: “Está de acuerdo que en las elecciones generales del 2009 se instale una cuarta urna en la cual el pueblo decida la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente”.

No se había llegado a la convulsión, pero el conflicto era de tal naturaleza y la crisis era tan aguda, que el país estaba peligrosamente caminando a un punto crítico que podía desencadenar en derramamiento de sangre. Eso no debe permitirse. Ni una sola vida puede sacrificarse por culpa de un conflicto político. Nadie puede poner en riesgo las vidas de las personas y no hay nada que justifique la perdida de una tan sola. ¿Hasta dónde pudo haber llevado el enfrentamiento escalonado y a que costo y consecuencias, de seguir en esa procesión? Y si un conflicto no de provocarse y menos exacerbarse, también debe hacerse cualquier cosa, dentro de la ley, para evitar que sucedan cosas más graves que después deban lamentarse. Es necesario defender la Constitución, pero igualmente proteger las vidas con celo superior a todo lo demás. Nuevamente, pedir la protección de Dios y de su iluminación divina, para que vuelva a la normalidad y la tranquilidad social y culminar con éxito este proceso electoral.


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