La vejez en México es sinónimo de mendicidad, discriminación y vulnerabilidad. En el país existen 8.2 millones de adultos mayores, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). La falta de acceso a la salud, educación y sistemas de solvencia en la edad avanzada son las dificultades que los ancianos sortean.
Y a pesar de que este sector de la población se encuentra en aumento -para 2050 los adultos mayores serán 34 millones, según el DIF-, las condiciones para garantizar calidad de vida no han prosperado, a pesar de las reformas al sistema de pensiones que se dio en 1996 y que se formalizó en 1997.
Las pensiones son en el mundo la garantía social de los trabajadores para una vejez digna.
En México, las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) son una empresa financiera, especializada en administrar e invertir el ahorro para el retiro y voluntario de manera segura, de millones de trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La reforma de las Afores
Este mecanismo empezó a funcionar en mayo de 1997, luego de que se reformó la Ley del Seguro Social (LSS) en mayo de 1996. Anteriormente las aportaciones para el retiro eran administradas por el IMSS, pero los ahorros de los trabajadores no crecían, pues no tenían rendimiento, lo que supuestamente ahora sí ofrecen la afores.
Su funcionamiento está autorizado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y supervisadas por la CONSAR (Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro).
Sin embargo, el sistema de pensiones actualmente se encuentra cuestionado por sus alcances, además de que el debate sobre el tema de la reforma a los sistemas de pensiones comenzó en la década de los ochenta.
Dentro de estas reformas destaca la creación del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) y las Reformas al IMSS de 1995 y 1997, según la investigación A 10 Años de las AFORES, de Alejandro Villagómez, del CIDE.
Según esa investigación, entre 1998 y 2007 el SAR pasó de aproximadamente 13 millones de beneficiarios a más de 35 millones. Durante ese mismo periodo el número de afiliados al IMSS se mantuvo prácticamente constante -entre 10 y 15 millones.
Los
estudios legislativos tampoco son muy alentadores en torno al sistema para el retiro, hasta febrero de 2009 se registraron pérdidas superiores a los 44 mil millones de pesos, mientras que entre abril de 2008 y el cierre de febrero de 2009, las pérdidas acumuladas en el sistema ascendieron a 146 mil 560 millones, por lo que el Senado analiza en comisiones el acuerdo por el que se crea la comisión de expertos para el estudio y evaluación del sistema de pensiones en México.
El colapso
En 1991, el número de
personas cesadas por edad avanzada fueron 336 mil 567; la cifra se mantuvo estable hasta 1997 (año en que entraron en vigor), en le que se reportaron 371 mil 676; pero en el 2007 la cifra se disparó a 859 mil 157, según el documento IMSS. Memoria Estadística 2007.
Por otra parte, la reforma al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) se ha planteado desde hace ya un par de años para sacar de un supuesto "colapso" el sistema de pensiones, tal y como sucedió con el IMSS.
El ISSSTE cuenta con 10.5 millones de derechohabientes, y 2.5 de éstos son trabajadores. Mientras que el IMSS tiene 45 millones de derechohabientes.
Sin embargo, la reforma a esta dependencia aún se debate.
En un
estudio del Senado, se asegura que el problema de las pensiones es mayor, pues en 1975 la esperanza de vida promedio para jubilación era de 62 años, mientras que actualmente la jubilación se inicia a los 55 años.
Por lo que actualmente se disfrutan unos 19 años de pensión, en promedio, y otrora sólamente 3 años. Pero esto devendría en menor número de activos por pensionado implica menos recursos para el mismo.
El país envejece y los sistemas de pensiones, también, por lo que no se vislumbra un panorama fácil para lo adultos mayores del futuro.
cgb
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