martes, 15 de septiembre de 2009

El otro debate, el de tres


Las extravagancias de la política alemana llevan a realizar dos debates, uno con los Volkspartei o partidos de centro que representan los intereses conjuntos de la sociedad pero con matices distintos: la democracia cristiana y la socialdemocracia. Se dicen Volkspartei pues no representan un interés o conjunto de intereses concretos como los otros tres partidos en el Bundestag: los liberales del FDP que busca posicionarse como el partido de la clase media; los Verdes, la causa ecológica; y Die Linke, a los trabajadores y pobres.
La historia alemana nos muestra que, desde septiembre de 1949 los gobiernos han estado en manos del CDU o del SPD, y que éstos han formado coaliciones con los partidos pequeños, hasta los ochentas sólamente era posible con el FDP. En la década de los ochenta apareció en la escena el partido Verde que formó coalición en los noventa con el SPD de Schröder. Y Die Linke que apenas se presenta a su segunda elección federal.
La realidad es que la separación de los debates en dos me parece bastante ridícula y conservadora. Sí, sabemos que los únicos candidatos con posibilidades de convertirse en canciller son Merkel y Steinmeier y que Westerwelle (FDP), Trittin o Kunast (Verde) y Gysi o Lafontaine (Die Linke) aspiran a la Vicecancillería. PERO olvidan que en Alemania no se vota de manera directa por el canciller, se vota por el partido, y al final del día los cinco partidos tienen posibilidades de ganar y poner su canciller. Después de todo no es gratuito que los Volkspartei anden debajo del 40% y aunque las reglas no escritas del parlamentarismo digan que el socio mayoritario es quien pone al canciller, nada está grabado en piedra.

Anoche se realizó un segundo debate, esta vez entre los tres partidos pequeños. Estuvieron presentes Guido Westerwelle del FDP, Jürgen Trittin del Verde y Oskar Lafontaine de Die Linke, hubo sólo dos moderadores, bastante moderados y decentes. Fueron ambos de ARD: Sigmund Gottlieb y Jörg Schönenborn. Llamó la atención que no se habló nada sobre política exterior y que en caso de formar coalición con el CDU y el SPD respectivamente, Westerwelle y Trittin quedarían como Vicencanciller y tradicionalmente como Ministros de exteriores.
El debate tuvo un formato más claro, pregunta general: salud, impuestos, salario. Comenzaba un candidato y se le iba dando la palabra a los demás en orden, con derecho a réplica. Este sí fué un debate, se expusieron claramente las diferencias entre los tres partidos. En una cosa estuvieron de acuerdo los tres, la Gran Coalición debe desaparecer. En el tema de seguros médicos Trittin, Lafontaine y Westerwelle también coincidieron, igual que en el de reformar la nueva medida de jubilación a partir de los 67. Lafontaine dejó muy claro que quiere dejar impuestos y establecer un salario mínimo general de 10€ la hora, cosa que le dijeron, ni en Luxemburgo existe. La propuesta de Westerwelle es descargar a la clase media, el 80% de los ingresos provienen de ella, es quien crea trabajos. Primero las familias, y después poco a poco se irían bajando impuestos. Los Verdes no están de acuerdo y proponen un salario mínimo, algo más realista que Lafontaine, aunque su acento estuvo más en el tema educativo, sobre todo la reducción de las matrículas de las universidades. Die Linke pretende cobrar impuestos más altos a los más ricos, lo mismo proponen los Verdes. Westerwelle argumenta que si son ellos los encargados del rendimiento no deben ser gravados tan altamente. Lafontaine no cree que sea posible bajar impuestos, Westerwelle argumenta que si se grava más a los más ricos, éstos simplemente se llevaran su dinero y gravar a la clase media es simplemente desangrar a la parte productiva del país. Lafontaine y Trittin proponen desgravar a los que menos ganan y gravar las fortunas.
Westerwelle se negó a dar números sobre nuevos empleos "El gobierno no genera empleos, establece un marco en el que éstos pueden crearse, aventurarse a dar un número de un millón, o dos o cuatro, es irresponsable y populista". Trittin habló de un millón, Lafontaine de dos. (Steinmeier en su Plan proyectó cuatro).

Al final quedó claro el objetivo:
El FDP quiere un gobierno con el CDU y avisó que no formaría gobierno con los verdes "una coalición Jamaica pueden olvidarla". "El FDP se dedicará estas dos semanas a evitar que Alemania tenga un gobierno Roji-verde, si así elgien los ciudadanos, seguiremos en la oposición, no queremos a Die Linke en el Gobierno, ni de hecho ni como arma secreta".
El Verde está abierto a todo, a todo. Lo que resulta peligroso porque implica sentarse a la mesa con los megarojos de Die Linke. Trittin dijo ser un realo (los Verdes llaman realos a quienes no defienden la política ambiental por encima de todo) y no cerrar ninguna posibilidad. "Soy realista, no cierro la posibilidad de una Jamaica, los Verdes buscamos evitar una coalición negro-amarilla, pues implicaría un golpe a la protección al ambiente y cero financiamiento para la educación ".
Lafontaine ni comentó, y es que a la hora de hablar de posibilidades de gobierno, los cuatro partidos lo ignoran. Le preguntaron Sr. Lafontaine, "busca usted un puesto en el Gobierno Federal?" y Lafontaine respondió, busco evitar que vuelva la Grosse Koalition II, pero que se uniría a una coalición roji-verde si "le llegan a sus propuestas".

El debate estuvo mucho mejor que el de Merkel-Steinmeier, en el sentido de que las propuestas fueron mucho más claramente expuestas, los candidatos pudieron discutir realmente y hacer las diferencias entre sus propuestas, las réplicas de los tres fueron claras y contrastaban las ideas. Al ser éste un debate mucho más light, ninguno estaba nervioso intentando enviar señales telepáticas sobre postura, movimiento de manos, pestañeos y sonrisas. Los tres son políticos profesionales y se comportaron como tales, argumentaron, fueron claros y directos. Más allá del contenido, los tres estuvieron bien en cuanto a que explicaron lo que pretenden. El hecho de que no estaban siendo monitoreados por el color de su corbata o la postura, los relajó y el debate nos presentó lo que a los televidentes y a los electores interesa: las propuestas. Y los moderadores fueron eso, moderadores, y no quisieron ser los protagonistas de la pregunta más atrevida.

Si así hubiera sido el domingo, quizá otro gallo cantaría a Angie y a Guido. Ahora parece ser que las expectativas del SPD han subido, esperemos a las encuestas del fin de semana para ver si es verdad o el soufflé del domingo fué solo eso. Una cosa queda clara, Alemania será gobernada por Angela Merkel, el problema será si seguirá atada al matrimonio forzoso con Steinmeier o podrá gobernar con Guido Westerwelle. Ésa es la cuestión que se decidirá el próximo 27.

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