Agencia Espacial Mexicana
Colaborador Invitado REFORMA
2 May. 10
Gracias al desarrollo espacial se inventaron el teflón, los zapatos tenis cómodos, las computadoras pequeñas, los posicionadores y las pruebas clínicas que con sólo el aliento permiten diagnosticar más de 200 enfermedades
Julieta Fierro
Considero que es importante que los países dediquen suficientes recursos para la ciencia básica. La experiencia acumulada indica que la ciencia acarrea tecnología; misma que suele beneficiar a la población.
Gracias al desarrollo espacial se inventaron el teflón, los zapatos tenis cómodos, las computadoras pequeñas, los posicionadores y las pruebas clínicas que con sólo el aliento permiten diagnosticar más de 200 enfermedades. Nunca se sabe de antemano cuáles proyectos serán innovaciones tecnológicas ni cuándo tendrán resultados prácticos, y por lo tanto no necesariamente se puede convencer a los industriales y tomadores de decisión de la conveniencia de apoyar la ciencia.
Un gran proyecto tecnológico comienza con la formación de cuadros, es decir la preparación de jóvenes con doctorados; éstos son escasos en México comparados con los del resto del mundo desarrollado. No es suficiente tener un par de especialistas en una disciplina, se requieren decenas, de otra manera cualquier empre- sa de largo aliento se vuelve vulnerable.
Es decir, un proyecto necesi- ta mucho más que recursos: pla- neación de largo plazo donde no se descuide ningún eslabón. Debe incluir educación comenzando por la formación en el hogar, la educación básica, licenciaturas y doctorados de calidad, centros de ciencia equipados con buenos laboratorios donde laboren personas de diversos bagajes; el nuevo conocimiento está surgiendo en las fronteras entre disciplinas.
Pienso que cuando se concrete el proyecto espacial mexicano debe consolidarse con personas con experiencia académica que hayan sido capaces de dirigir proyectos exitosos, así como jóvenes doctores que aporten ideas novedosas y capacidad de trabajo sostenida, tanto mexicanos como extranjeros. En cada paso del proyecto espacial se deben realizar evaluaciones académicas y presupuestales con árbitros expertos nacionales y extranjeros para asegurar que el plan de trabajo va por buen camino. Si el proyecto va mal, se debe hacer un análisis de factibilidad antes de continuar con el financiamiento.
Para la ciencia moderna los proyectos espaciales son fundamentales. Daré tres ejemplos. Para la astronomía en luz visible, la atmósfera suele ser un estorbo, se nubla, se llena de polvo, tiene turbulencia. Colocar un telescopio en el espacio equivale a mirar el cielo sin interferencia. Otro ejemplo es el clima. Las imágenes tomadas desde el espacio permiten monitorear las condiciones de la atmósfera y predecir, entre muchas otras cosas, si habrá inundaciones en las barrancas donde la vida corre gran peligro. De igual manera se pueden monitorear volcanes activos y placas tectónicas de gran capacidad destructiva por sismicidad. La información obtenida, analizada y procesada se puede transferir a los organismos de protección civil para su acción oportuna.
Si se aprovecha, lo emocionante de un proyecto espacial se podría incluir en libros y páginas de internet dedicadas al aula. En ocasiones los niños no leen porque los textos son aburridos e incomprensibles; la consecuencia es que dejan de generar ideas nuevas por falta de palabras suficientes para crear y explicarse a sí mismos sus inventos mentales.
Ahora, la información está a disposición de la humanidad, en consecuencia las nuevas habilidades, como pensar, se de- ben enfatizar en las escuelas. En términos muy generales lo más popular en la pri- maria tiene que ver con la vida, incluidos los dinosaurios; en la secundaria, la comunicación entre humanos; y en el bachillerato, la sexualidad. En cambio la fascinación por lo que hay más allá de la Tierra es universal, no hay límite a las maravillas del cosmos. Materiales de divulgación generados con cuidado y calidad sobre el espacio fomentan pensar y crear.
Más allá de lo científico y tecnológico los grandes proyectos suelen dar prestigio a las naciones de tal manera que los inversionistas detectan oportunidades en esos países. Un buen proyecto espacial consolida la economía. No sólo eso, el glamour de los proyectos espaciales da esperanza a los jóvenes y los invita a pensar en dedicarse a la ciencia, no sólo la espacial sino lo que ésta implica: informática, robótica, nuevos materiales, comunicaciones, análisis de datos, predicciones, medicina, etcétera.
Considero que si el proyecto espacial mexicano comienza a dar frutos tangibles e intangibles en los próximos cinco años será de enorme utilidad para nuestra República.
La autora es investigadora titular del Instituto de Astronomía de la UNAM.
lunes, 3 de mayo de 2010
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