Identidad y Diversidad: entre goles y elecciones, ministros y banderas.
Por: Geraldina González de la Vega
Así fué como transcurrió la semana para algunos que nos interesamos en el futbol, pero también en las decisiones de la Corte en México o en la elección del nuevo Presidente alemán. Entiendo la molestia de quienes ven “demasiada distracción con el mundial” de otros asuntos importantes o trascendentales. Sin embargo, yo lo veo como una enorme oportunidad para la expresión de la identidad y el respeto a la diversidad. La permanente tensión entre ambas, es la base de la libertad.
***Goles***
El lunes pasado México amaneció apesumbrado, Argentina había eliminado a la selección con un marcador algo injusto, un gol en fuera de lugar y un tremendo error en la defensa. Ni hablar, el sueño mundialista de ver al Tri más allá de octavos acababa de ser ponchado por Tévez e Higuaín, y sí, por Roberto Rosetti –el árbitro. Rápidamente comenzamos a buscar culpables, como siempre, Aguirre, el Bofo, Osorio, el “Guille”, Blanco, la camiseta, los tenis, el aire, quizá el zafarrancho de Gómez Mont, en fin. Yo pienso que puede ser culpa de Carlos Salinas de Gortari. Habrá que averigüar. Apenas un par de horas antes, Alemania celebraba una victoria inimaginable contra la Inglaterra de Capello, un 4-1 que nadie esperaba –y que debió ser un 4-2--. Alemania superaba así al primer contrincante en las rondas finales y avanzaba a cuartos contra Argentina. Al repetirse la historia de 2006, alemanes y argentinos dejaron sentir las ganas de la revancha, en ambos sentidos, aquél partido acabó en la batalla de penales, en donde gana el más suertudo. Alemania ganó y Argentina volvió a casa. La venta de artículos schwarz-rot-gold (negro-rojo-dorado, los colores de la bandera alemana) se ha convertido en uno de los mejores negocios del verano, desde el mundial de 2006 Alemania ha recuperado el orgullo nacional, ya no le apena ondear su bandera ni portar una playera que diga Deutschland. El nacionalismo trasnochado del siglo pasado quedó allá, en el pasado, y hoy los jóvenes se vuelcan a las calles a celebrar a su selección, como en cualquier otro país. La realidad es que el futbol es una fiesta, un carnaval simultáneo que celebramos cada cuatro años y nuestro disfraz son los colores con los que nos identificamos, ya sean los de nuestra patria, los de nuestro país más querido o los del equipo que más nos gusta ver jugar, da igual. El chiste es unirse a la fiesta y celebrar. Sí, se vale.
***Elecciones***
***Ministros***
***Banderas***
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