miércoles, 18 de agosto de 2010

El Perico (Monitor Político) se disculpa

      

LO QUE ESCRIBIMOS AQUÍ acerca de la resolución de la Suprema Corte respecto a los matrimonios entre homosexuales y su oportunidad de adoptar niños, así como los dichos del Arzobispo de Guadalajara y las respuestas de algunos políticos, provocaron muchas reacciones. La mayoría de ellas nos las escribieron, así es que, luego de los chistes (que a muchos no les gusta, pese a que los mandan los mismos lectores) damos espacio para que conozcan otros puntos de vista, muy respetables, de nuestros lectores. Una disculpa a quienes se sintieron afectados por lo que aquí escribimos. Ya saben ustedes lo que dice el viejo refrán acerca de las babas del perico, (aunque ahora tenemos el hocico sangrando)...

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Autor: Geraldina González de la Vega
Comentario:
Sr. Le creí a usted más inteligente. Si la etimología de las palabras regulara la naturaleza de las instituciones, tendríamos que hablar de que las mujeres no podríamos tener un patrimonio, y los salarios deberían de ser pagados en sal. Afortunadamente, nuestros legisladores capitalinos no son de esa mentalidad y han ido adecuando esta institución al desarrollo de la sociedad y al de los principios éticos que colocan a los cónyuges en una situación de equidad. Así las mujeres no tenemos que cumplir con el rol que el Estado, la Iglesia o los machos como usted nos dicten. Al no requerirse entonces que los cónyuges tengan un rol determinado, no importa qué sexo tengan, de manera que es perfectamente normal y compatible con la realidad de las familias diversas el que dos mujeres o dos hombres se unan en matrimonio, entendido este, no como una unión para procrear, sino una unión fundada en el amor y la idea de compartir. Ahora bien, su comentario de que los niños no serán preguntados si quieren tener papás "maricones" o mamás lesbianas, incurre usted en un error. Primero, su comentario parte de la idea de que ser homosexual es malo. No lo es. Vivir con dos papás o dos mamás no es malo, ni afecta en nada el desarrollo de los hijos, en cambio sí los afecta la discriminación que personas como usted promueven en contra de esos niños y niñas. Segundo, los mayores de 12 años sí tienen algo que decir, pues la normativa de adopción les reconoce este derecho. Lea usted el Código Civil para el D.F. antes de lanzar diatribas. El Interés Superior del Menor se encuentra protegido en el proceso de adopción y al final del día será el juez de lo familiar quien decidirá si los padres, sea cual fuere su orientación sexual, son idóneos en lo general y en lo particular para el menor que pretenden adoptar. Es muy lamentable que en lugar de promover el respeto y la no discriminación, personas con pluma como usted, promuevan el rechazo a niños que viven con padres o madres que los aman, porque la humanidad y la capacidad de amar y de ser padres/madres no dependen de nuestra orientación sexual. Me doy de baja de su columna, pues no es la primera vez que leo en ella comentarios que promueven la homofobia y la discriminación contra las personas por su orientación o preferencia sexual.
 
Autor: Ricardo Alfonso Martínez Espinosa
Comentario:
Respeto mucho el ejercicio que hacen en Monitor Político y también respeto el derecho que tienen a expresar sus puntos de vista. También estoy consciente que la mejor arma que tengo frente a un medio electrónico que utiliza argumentos prejuiciosos y calificativos ofensivos contra la comunidad gay es eliminar mi suscripción a ella, pero no lo haré. Prefiero utilizar los argumentos para defender mi punto de vista. La decisión de la Suprema Corte en torno a la constitucionalidad de la reforma al código civil en Asamblea del DF debe ser analizada así, como una revisión sobre si esta decisión afecta las garantías de los ciudadanos. La respuesta es negativa. Haberlo hecho en sentido contrario habría sentado un precedente de discriminación brutal contra un grupo de ciudadanos solamente basado en sus preferencias sexuales, asunto que tiene más relevancia para el ámbito privado. Si esta modificación no es inconstitucional, entonces la Suprema Corte no tiene ningún argumento para limitar su derecho como pareja constituida legalmente a adoptar. Será trabajo del DIF y las respectivas oficinas de trabajo social determinar la calidad de vida que tendrá cada niño en esas familias. A las iglesias y asociaciones de padres de familia les tocará predicar en la defensa de la familia tradicional, a los tribunales únicamente defender el derecho de los ciudadanos mexicanos frente a cualquier decisión que tome alguna autoridad administrativa o legislativa. A los medios de comunicación también les corresponde la creación de opinión pública, y emitir sus puntos de vista es parte de ello. Pero sembrar la semilla de la inestabilidad política por una decisión de constitucionalidad, o incluso reproducir y aumentar los discursos de odio que surgen de las gargantas hipócritas de nuestros pequeñísimos arzobispos me parece lamentable. Llevo suscrito a este medio ya varios años y soy un asiduo lector de ustedes. Los felicito por su trabajo y agradezco su espacio para esta respuesta. Un abrazo.
 
Autor: Federico Zertuche
Comentario:
Matrimonio y adopción: instituciones civiles. Estimados lectores de Monitor Político: No es casual que la gran mayoría de los periodistas de opinión y comunicadores más destacados de México (incluyendo a Paco Calderón en su caricatura de hoy martes 17), se hayan pronunciado en contra de las retrógradas, calumniosas, maliciosas, iracundas y groseras declaraciones de Juan Sandoval Íñiguez en contra del matrimonio entre homosexuales y la posibilidad legal de adopción por parte de esas parejas, aprobadas por la Asamblea del D.F. y ratificadas por el voto de la mayoría de los ministros de la honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación tras varios días de debates públicos, ricos en argumentaciones y sustentos jurídicos. El matrimonio y la adopción de los que trataron, son instituciones civiles que se rigen por el derecho, no por la moral ni por las leyes eclesiásticas. El derecho, como sabemos, se transforma a lo largo del tiempo a la par que las sociedades, a través de las instituciones legales y democráticas como son las legislaturas -acorde a sus procesos legislativos- conformadas por representantes, legal y democráticamente elegidos por el voto popular. El matrimonio no está atado a su etimología, ni a ningún aspecto semántico, sino a consideraciones sociales y jurídicas. Adicional y afortunadamente, en nuestro país (como otros de Occidente) vivimos en un Estado laico que nos legaron las generaciones de ilustres liberales del siglo XIX encabezadas por Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada, de tal manera, están claramente determinadas las jurisdicciones y competencias entre el poder político y el eclesiástico. Así es que un bocón injurioso y calumnioso como Sandoval Íñiguez debe cuidar su "trompabulario" y usarlo, más bien, en contra de la gran cantidad de sacerdotes pederastas, pedófilos y corruptores de menores que abundan en una Iglesia que quiere hacernos creer que la homosexualidad es una enfermedad y perversión cuando la ciencia moderna, que la ha estudiado a fondo y sistemáticamente, ya descartó hace mucho tiempo ambos supuestos. Mantener en la represión sexual a los curas atados por el absurdo voto de castidad, sí que es contra natura. Tratar despectivamente a los homosexuales, sólo exhibe los prejuicios de quienes utilizan peyorativos. Tanto los niños que van a ser adoptados por heterosexuales como por homosexuales no están en posibilidad directa de "ejercer sus derechos" al respecto, pues por su minoría de edad los tienen restringidos, son los tutores quienes a su nombre los ejercen en cada caso de adopción, como se viene haciendo desde hace muchos años.
 
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