Tribunal Constitucional: ¿Garante o Soberano? / Geraldina González de la Vega
En 1995 el Tribunal Constitucional alemán emitió una sentencia en el llamado caso Crucifijo que causó un gran revuelo en la opinión pública. En él, el Tribunal declaró inconstitucional un artículo de la ley de escuelas del estado de Baviera en donde se establecía que en cada salón de clases debía haber un crucifijo, siguiendo las "fuertes tradiciones bávaras". Baviera es uno de los estados con mayor población católica de Alemania y por tanto es también, uno de los más conservadores del país. La queja (recurso muy parecido al Amparo mexicano) llegó al constitucional después de un largo camino judicial por parte de unos padres de familia que educaban a sus hijos en la Antroposofía y la presencia de crucifijos contradecía sus creencias. El Tribunal les dio la razón y declaró incompatible con la Ley Fundamental el artículo de la Ley pues a juicio de los jueces constitucionales, se violaba la libertad religiosa de los niños y de sus padres. El Tribunal ordenó modificar la ley y remover los crucifijos de los salones de clases, esta decisión provocó que muchos políticos y altos representantes del clero manifestaran su desacuerdo. La duración y la intensidad de la protesta preocuparon mucho tanto al poder judicial como al mundo jurídico. La asociación de jueces alemanes inclusive advirtió que con ello se ponía en riesgo el Estado de Derecho y que cualquier negativa a obedecer la sentencia ponía en peligro la democracia constitucional de la República Federal. Hasta el canciller Helmut Kohl, del partido cristiano demócrata, calificó la decision como “incomprensible”. En un acto que después fué muy criticado, el juez Dieter Grimm, uno de los 8 jueces del primer senado del Tribunal que resolvió el caso, se sintió, quizá, obligado a publicar una carta en el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung titulada “Bajo la ley. Por qué una decisión judicial merece respeto” para calmar la situación.
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