Autor: Geraldina González de la Vega
Comentario:
Estimado Federico Zertuche, muchas gracias por sus comentarios. Por supuesto que comparto su punto de vista en cuanto a la evolución de las instituciones y del derecho. El rol de género, afortunadamente, ha evolucionado y permite que hoy hablemos no sólo de mujeres con autonomía e individualidad, sino de personas que pueden asumir su rol en la vida independientemente de su sexo, y eso no es más que el producto de la evolución ética de la humanidad que ha comprendido que todos, sin distinción, somos autónomos, somos dignos. En verdad resulta complicado debatir con alguien cuando de entrada se encuentra una con que las mujeres tenemos como fin, el ser madres, sino no. No servimos ni siquiera como esposas (¿para qué? dirían algunos, si no procreamos), entonces hay que "tirarnos a la milonga". Eso me hace pensar en hornos para bollos. Triste apreciación de quienes siguen pensando que los seres humanos no somos fines sino medios. Medios para satisfacer a otros: llámese a la Iglesia, para tener más fieles, llámese al Estado que pretende controlar la moralidad, llámese al esposo que, dicen, puede irse y dejar a la mujer, quien entonces, sólo entonces, debe comportarse como hombre, también, es decir, pensar y trabajar. Y no, ni se le ocurra pensar que es para ella, no, es para los hijos. ¡Ay! las madres abnegadas, nacimos para estar a disposición de los hombres y nuestros hijos, ese es nuestro fin como individuos. No puedo creer que estoy escribiendo esto un día de agosto de 2010. Hay quien llama a la razón natural (!) comparándose con su pareja de perritos, sin reparar en que gracias a ella, precisamente, no se es un Poodle. La forma de razonar para algunos es apelar a la "naturaleza" y empeñarse en ser French Poodles, en lugar de entender que gracias a nuestra capacidad de razonar podemos evolucionar. ¿Qué triste no? En fin. Por cierto, la homosexualidad en animales es de lo más común. ¡Viva la diversidad!
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