jueves, 23 de septiembre de 2010

El deceso del Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo


A casi un año de distancia, volvemos a analizar la importancia de las nominaciones de los Ministros de la Suprema Corte mexicana. Con la muy lamentable muerte del Ministro Gudiño Pelayo, el Presidente Calderón y el Senado mexicano se enfrentan de nuevo al reto de dotar a la Corte Constitucional con un miembro que enriquezca y dé certeza en el debate sobre el significado de las normas constitucionales.
Y si seguimos las ideas de Ronald Dworkin de que “las provisiones constitucionales que provocan las decisiones más controvertidas de la Suprema Corte fueron redactadas con lenguaje moral abstracto”, entonces interpretarlos requiere de una filosofía constitucional específica, y en consecuencia veremos que el deceso del Ministro Gudiño tiene fuertes implicaciones en la interpretación y significado de la Constitución. Su ausencia representará un cambio en el equilibrio de la Corte. No sólo porque al Ministro Gudiño se le identificaba con el ala liberal de la Corte pues -entre otros casos- votó a favor de la constitucionalidad de la interrupción legal del embarazo y matrimonio homosexual, promovió la liberación de Jacinta y Teresa, y reconoció la violación de derechos a la periodista Lydia Cacho; sino también porque representaba a uno de los 5 ministros con carrera judicial: Ortiz Mayagoitia, Aguilar Morales, Silva Meza, Luna Ramos.
La nominación de la nueva terna recae en un Gobierno conservador (PAN) que muy seguramente se verá presionado para presentar un reemplazo que comulgue con una visión conservadora de la sociedad y de los derechos humanos. Lo creo así pues en el último año temas tan controvertidos como la interrupción legal del embarazo o el matrimonio entre personas del mismo sexo han endurecido la postura de la Iglesia, de grupos conservadores y dentro del mismo PAN del ala más conservadora (miremos a Guanajuato o a Jalisco nada más), quienes muy seguramente esperarán que el ministro que sustituya a Gudiño Pelayo sea más favorable a esta interpretación de la Constitución.
Afortunadamente el año pasado, de las dos ternas enviadas por el Presidente Calderón, el Senado nominó dos ministros que han demostrado comulgar con puntos de vista liberales. Pero no hay que perder de vista que en 2009 estaban en juego varios cargos en organismos autónomos como Banxico y la CNDH y que muy probablemente la nominación de los ministros que sustituyesen a Azuela y Góngora hayan sido negociadas en el Senado.
El papel del Ministro Zaldívar ha destacado más en la promoción de los derechos humanos y de una visión garantista, que el del Ministro Aguilar, pero en términos generales ambos se han unido al ala liberal de la Corte.
De manera que no creo que la terna que deberá presentar el Presidente Calderón en los próximos meses deje lugar a la nominación de un ministro liberal y garantista que sustituya la postura del Ministro Gudiño y esto implicaría un reajuste en el balance de la Corte, lo que pone en peligro temas como los amparos atraídos en los casos de interrupción del embarazo o la decisión pendiente sobre el cumplimiento de la sentencia del caso Radilla.

Hay dos cuestiones que quedan en el aire (Ver la entrada delBlog Juegos de la Corte en este sentido):

1.- En enero de 2011 concluye el periodo de la Presidencia de la Corte por lo que sería deseable que el próximo ministro ya esté integrado a la Corte para su elección, pues podría darse un empate. Se dice que el Ministro Gudiño hubiera apoyado al Ministro Cossío. Se habla de dos candidatos: Silva Meza y Cossío.
2.- Se elegirá al sustituto del Ministro Gudiño para que concluya su periodo el 30 de noviembre de 2015 o se elegirá para que cumpla el periodo completo (15 años). Se especula en el segundo sentido, pues con el fallecimiento de Humberto Román Palacios en 2004 se nombró al Ministro Sergio Valls por el periodo completo. Sin embargo, al no estar clara la regla, y dependiendo de los candidatos en la terna, podría prestarse para estrategias políticas.
**Fe de erratas** el artículo 98 constitucional es muy claro al respecto: "Si faltare un Ministro por defunción o por cualquier causa de separación definitiva, el Presidente someterá un nuevo nombramiento a la aprobación del Senado, en los términos del artículo 96 de esta Constitución." Y el art. 96 establece el procedimiento para el nombramiento.

Me surge una duda importante: Qué sucederá con el voto concurrente que prometió Gudiño de la sentencia sobre la constitucionalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo y la posibilidad de adoptar? Es un tema importante pues La votación quedó 9 a 2, pero las razones para declarar la constitucionalidad de las reformas al Código Civil del DF eran varias, y de ellas depende la posibilidad de que parejas homosexuales puedan ampararse en contra de los Códigos Civiles de los demás estados de la República. Me puedo imaginar que la ponencia tendría clara la postura del Ministro en este sentido, pero puede emitir un voto concurrente en su nombre? qué sucede con los documentos pendientes ya votados por un ministro que fallece?

Ahora, no hay que olvidar que los Ministros Aguirre Anguiano y Ortíz Mayagoitia concluyen sus periodos el 30 de noviembre de 2012, mismos que ya no serían reemplazados por el Presidente Calderón, quien concluye un día después, por lo que su última oportunidad para dotar a la Corte de un Ministro conservador es ésta y pienso que buscarán aprovecharla. Nadie puede asegurar que en '12 el recién electo Presidente de la República pretenda mantener el equilibrio con los asientos más conservadores de la Corte.

Supongo que los partidos políticos en el Senado tomarán muy en cuenta esta cuestión, claro, considerando que piensan en el largo plazo. Cuáles fueron las razones para nombrar al Ministro Valls por 15 años? habrá que verlas. En el periodo presidencial de 2012-2018concluiría el Ministro Gudiño, pero también acabarán sus periodos la Ministra Sanchez Cordero, el Ministro Silva Meza y los Ministros Ortíz y Aguirre, en total son 4 votos de 11, pero, podrían ser 5.

Y es esta una razón, para razonar nuestro voto para Presidente y para Senador de la República en julio de '12.

El Ministro Gudiño tenía una página personal en donde publica sus votos y sus artículos y pretendía abrir un espacio con temas mensuales. Algunos de sus artículos:
Acá sus votos particulares:
Por último, recupero parte de mi reflexión en noviembre de 2009 cuando el Senado nos sorprendió con las comparecencias al 2x1:


Nuestra Constitución recupera su normatividad y para ello requerimos ministros que garanticen la constitucionalidad en los actos del estado, que garanticen los derechos, que garanticen la división de poderes, que velen por el Estado de Derecho. Porque los ministros no son autómatas que “dicen lo que el derecho es”, las comparecencias y las trayectorias de los seis candidatos son importantes, deben importarnos. De los dos nuevos ministros depende la integración y el balance de nuestra Corte, el pluralismo es una nota importante: sin ella las decisiones se tomarían por ideología y no por cuestión. Cada uno de los once que integran la Suprema Corte aporta su punto de vista, sus intereses, su filosofía sobre lo que la Constitución es y debe ser. El hecho de que los ministros representen una pluralidad de visiones hará que los asuntos presentados ante la Corte sean analizados desde distintos puntos de mira, por ello en las comparecencias se debe saber cuál es la filosofía constitucional del candidato.
En México se están desarrollando apenas teorías o filosofías de interpretación de nuestra Constitución, por ello resulta complicado hoy determinar detalladamente qué filosofía sigue cada ministro. Sería difícil que existiera por ejemplo, que algún juez siguiera una teoría interpretativa originalista o textualista, dadas las casi 500 reformas que ha sufrido nuestra Norma Fundamental. Lo que sí es posible, es ubicar su ideología con respecto a valores morales, tenemos ministros muy conservadores como Mariano Azuela o liberales o más garantistas como Genaro Góngora. De todas formas, me parece que a propósito de las próximas nominaciones de dos nuevos Ministros, es importante reflexionar sobre la necesidad de una dogmática constitucional en México. El término “dogmática constitucional” se refiere a la doctrina que se va desarrollando vía interpretación judicial de las normas constitucionales. Con ello, sería mucho más fácil analizar la filosofía constitucional de los candidatos, las tendencias y los equilibrios de los Ministros en funciones, y en general entender y atender la constitucionalidad en México. Las normas constitucionales, cada vez que se aplican o se interpretan, se concretizan y esto crea nuevas normas, estas integran lo que se conoce como dogmática, la que se enriquece con los análisis y críticas de los juristas. Pasar de una Constitución puramente semántica (una hoja de papel sin validez normativa) a una normativa, implica el desarrollo de una dogmática constitucional coherente. Y creo que a México le urge. Por eso, es importante comenzar ya. Con estas dos nominaciones tenemos la oportunidad de saber por qué se eligió a cada candidato, más allá de sus buenas conexiones políticas.
No se ha explicado por qué el Ejecutivo eligió a esos seis candidatos, más allá de sus sólidos currículum, qué cualidades tienen para que el Presidente Calderón piense que pueden ser buenos guardianes de la constitucionalidad. La falta de transparencia en los procesos de nominación mexicanos es proporcional a la falta de interés que los mexicanos ponemos a ellos. Es hora de exigir su publicidad, es hora de llamar la atención de los senadores para que aprueben dos nombramientos de personas con la capacidad para defender el Estado Constitucional mexicano.
Me parece inmportante que todos, y no sólo los senadores, reflexionemos: ¿Por qué es importante la comparecencia? Por qué es importante conocer a los candidatos, su filosofía, su entendimiento constitucional, su trayectoria, su probidad y congruencia intelectual, su autonomía.
Para poder comprender la funcionalidad de nuestra Constitución y en consecuencia lograr su arraigo, la pregunta de la que debemos partir puede formularse de la siguiente manera: ¿Para qué sirve la Constitución mexicana?
Si México quiere ser una democracia constitucional, debe partir del entendimiento y del arraigo en la actividad del Estado de su norma fundamental, y para ello necesitamos ministros capaces, coherentes y autónomos que tengan por vocación defender el Estado Constitucional y los principios que éste sostiene: la libertad y el imperio de la ley.

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