Una breve reflexión sobre la Terna para la SCJN

Finalmente el Ejecutivo envió al Senado la terna con tres candidatas para ocupar el cargo que dejara el finado Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo. A dos meses del lamentable fallecimiento del Ministro Gudiño, se confirman dos de los primeros rumores: “que la terna será integrada únicamente por mujeres”, “que los candidatos provendrán del Poder Judicial”, lo cual es de aplaudirse. Primero, porque es muy positivo que los candidatos y candidatas políticos no hayan prevalecido, segundo porque se mantiene el equilibrio en el Pleno con ministros provenientes de carrera judicial y tercero, porque la representatividad de la perspectiva de género en el Pleno la Suprema Corte se verá positivamente reforzada.

El Ministro Gudiño era uno de los 5 ministros con carrera judicial junto con Ortiz Mayagoitia, Aguilar Morales, Silva Meza y Luna Ramos, de manera que el nombramiento de cualquiera de las tres candidatas mantendrá este equilibrio que resulta básico, pues el oficio judicial influye en la metodología para interpretar la Constitución. Un ejemplo sería la forma de argumentar del Ministro Cossío frente a la forma de hacerlo de la Ministra Luna Ramos. Él acude a principios, intereses y finalidades de la norma; ella, normalmente acude a normas, tesis y jurisprudencia. La diversidad de perspectivas y de abordaje constitucional y legal es fundamental en un Tribunal Constitucional.

Por otro lado, la perspectiva de género en el tribunal encargado de garantizar derechos es muy importante, pues los jueces constitucionales no pueden ser autómatas que aplican el derecho, aquí la actividad interpretativa es creativa. Los ministros deben interpretar las normas constitucionales que contienen derechos, mismas que por lo general son amplias y abiertas. Para esta labor, los jueces constitucionales deben tener en cuenta la realidad y las consecuencias de la interpretación y concretización de las normas en la realidad. El hecho de que en el Pleno existan convicciones, perspectivas y experiencias diversas, enriquece el debate. Por otro lado, comparto la idea de que la empatía es una cualidad importante en el juzgador, esta capacidad de “ponerse en los zapatos de otros” mejora la justicia. Me viene a la mente el caso de la periodista Lydia Cacho o las palabras de la jueza Ruth Bader Ginsburg de la Corte Suprema de los Estados Unidos: “hay percepciones que tenemos sólo porque somos mujeres.” Existe un estudio del Centro Wellesley realizado en 2006 que encuentra que tres es el “número mágico” cuando se habla del impacto de la presencia de mujeres en consejos de administración corporativos pues, de acuerdo con el estudio, cuando se integra una tercera mujer, se llega a un punto de inflexión en el cual el grupo completo comienza a funcionar de forma distinta.

Hubiera sido deseable que el Presidente presentara a las candidatas y las razones por las que considera que cualquiera de ellas tres sería una buena jueza constitucional. Simbólicamente esto implica la responsabilidad sobre la terna y si se está convencido de que la terna es buena, ¿por qué no respaldarla ante la opinión pública antes de que el Senado decida? Pienso que al ser un acto discrecional del Ejecutivo la selección y elección de las personas que integran la terna, debería de estar motivada. Tenemos derecho a saber por qué el Presidente integró la terna con Elvia Rosa Díaz de León D´hers, Lilia Mónica López Benítez y Andrea Zambrana Castañeda.

Por último, es criticable el retraso en el envío de la terna y la fecha de su envío me parece muy desafortunada. La Corte deberá elegir en enero a su próximo Presidente y sería, sin duda, deseable que estuviera completa para cuando esto suceda. Sin embargo, el Senado tiene, por disposición constitucional un plazo improrrogable de 30 días para elegir a una de las tres candidatas, esto es, deberá realizar las comparecencias en diciembre. Ello hace dudar que esta vez el procedimiento de elección de ministros en el Senado será democrático, transparente, suficientemente reflexivo, con la seriedad y profundidad que se requiere. Temo que veremos, de nuevo, comparecencias “fast track”.

Geraldina González de la Vega.