jueves, 31 de marzo de 2011

Aclaraciones con respecto a mi texto Señoras que buscan 'Muchacha'

Mi texto de ayer "Señoras que buscan 'Muchacha'" provocó varios comentarios, me alegro. No todos positivos, y también me alegro. Nunca he pretendido ser dueña de la verdad, ni en este blog ni en los espacios donde me permiten publicar mis ideas. Desde siempre mi objetivo ha sido plantear cuestiones que me inquietan y ponerlas sobre la mesa, el pensamiento crítico me parece indispensable, tanto en lo individual, como para las comunidades que se piensan democráticas.
Me gustaría comentar un par de cuestiones que al parecer no aclaré bien en mi texto y que me fueron comentadas a mi (vía twitter o vía mail) o que fueron comentadas sobre mi texto en las redes sociales.

1) El texto generaliza, no todos tratamos así a las trabajadores/los trabajadores del hogar.
2) El texto no propone nada. Hace falta mucho más que un texto para cambiar el mundo.

Desafortunadamente varios comentarios cayeron en la descalificación ad hominem, pues fueron contra mi y no contra lo planteado.

3) Esta persona habla de dignidad, y en sus tuits dista mucho de ello.
4) 'Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra' Seguro la autora quiere lavar sus culpas. Se siente Guadalupe Loaeza.
5) La autora está acomplejada y sólo pretende señalar aquello que nunca tuvo ni tendrá.

El texto, desde la entrada pretende referirse a una relación muy específica. El título me pareció que hacía una clara referencia a un tipo de "señoras" que contratan trabajadoras y que las tratan como si fueran seres humanos de segunda clase. Es obvio que no hablo de todas las trabajadoras del hogar, ni mucho menos propongo que todas las personas que contratan a alguien para que les ayude sean "señoras que buscan muchacha". No me referí a las personas que contratan a alguien y que saben cuáles son sus derechos y sus obligaciones. Me puedo imaginar que muchas personas que leyeron el texto no se vieron reflejados en ninguna de las situaciones que describo, pero quizá si han presenciado alguna de ellas. Eso es lo que pretendo denunciar.

El texto hace una diferencia desde la entrada entre el trabajo en el hogar y las personas que tratan a las/los trabajadores como sirvientes. La primera es una relación laboral regulada por normas jurídicas y sociales, en donde ambas partes son iguales en dignidad, tienen derechos y obligaciones recíprocos. La segunda es una relación que discrimina, que implica la superioridad del patrón o patrona, por raza, sexo, clase, etnia, posición económica, etc. donde no existe un marco normativo, y en donde los derechos son del patrón y las obligaciones de la trabajadora. Claramente no es lo mismo la servidumbre que el trabajo en el hogar. En mi nota me refiero al primero, lo condeno y propongo que lo dejemos de tolerar. Mi texto pretende ser una radiografía de lo que he visto y de lo que pasa. Mi intención no fue señalar a las personas que contratan trabajadorxs del hogar, mucho menos generalizar. En ese caso el título hubiera sido "situación de las trabajadoras del hogar en México".

Mi post en Animal Político se trata simplemente de una denuncia a través de un texto en la red.

Efectivamente falta mucho, pero mucho, más que un texto para cambiar la situación. Es evidente que la nota no tenía como propósito ni resolver el problema ni hablar de él comprehensivamente. Estaría yo delirante si pretendiera cambiar al mundo con mis textos. Son críticas, no más no menos. En 4 cuartillas resulta complicado abordar el problema desde todos sus ángulos.

Creo que es válido poner el tema sobre la mesa, visibilizarlo, de-cir-lo y eso fue lo que intenté hacer con el texto. Hasta este momento ha sido compartido en facebook 300 veces y en twitter 50. Para mi eso quiere decir algo.

Si pretendiera yo cambiar el mundo con lo que escribo, sería una persona frustrada, pero me alegra que aunque sea un tuit, un comentario, una referencia hayan llevado a la reflexión.

Que estoy lavando culpas, pues sí, seguramente. Yo, como muchos de los que me leyeron somos cómplices de ese maltrato. Y creo que lo dejo claro en mi último párrafo donde digo que es hora de dejar de tolerarlo. Me he quedado allí sentada, sin decirle nada a la amiga o familiar que maltrata a la mujer que le ayuda con las labores del hogar. Todo lo que describo en el texto ha sucedido en familias cercanas a mi, y lo he tolerado.

Ni en mi casa ni en la de mis padres se maltrató a nadie. Cuando fui hija de familia siempre fuimos respetuosos de las personas que trabajaron en nuestra casa -como sigue sucediendo a la fecha. Jamás tuvimos "sirvientes". En mi casa aprendí el valor de la dignidad y la igualdad, con los que sigo conduciendo todas las relaciones de mi vida. Me asombra leer que alguien considera que doy trato indigno a otras personas en mi twitter, o que discrimino. Me gustaría que me mostaran los tuits en cuestión. Los hilos conductores de todo lo que escribo, digo y pienso son esos valores.

Ahora, ni creo ser un ángel, ni pretendo serlo. Tampoco soy la ciudadana perfecta, ni la bloguera políticamente correcta. No creo tener siempre la razón. Me gusta discutir, más no siempre ganar. Disto mucho de la perfección. Y serlo, debe ser muy aburrido. Si algo no soy, es una persona ecuánime.

Que me siento Guadalupe Loaeza porque estoy denunciando a "las lacras sociales de mi clase", sólo puedo reírme de este comentario, me pareció genial, ya está en "mis favoritos". Escribo sobre lo que veo, denuncio lo que considero injusto, critico lo que no me convence y lo que me parece incorrecto. Nunca he escrito de otra manera. Procuro cultivar el pensamiento crítico.

Dicen que estoy acomplejada porque no puedo hacer lo que "las señoras que buscan 'Muchacha'" hacen. Pues no, no me llama la atención para nada, criticar algo no significa desearlo.

Que en mi nota estereotipo. Claro, por supuesto! esa era la intención. Me parece obvia. En este caso el estereotipo que construyo busca visibilizar un problema específico de servidumbre que todavía hoy existe en nuestro país.

En fin. El texto pone sobre la mesa un tema que en México debemos discutir y ESO es lo verdaderamente importante.

Ahora, cómo vamos a resolver el problema? Ese es otro tema, que merece no sólo un texto en un blog, merece mucho más tinta, pero sobre todo voluntad social y política. Ojalá estemos a la altura.

La reforma laboral que se trabaja en el Congreso debe contemplar esta desigualdad y los legisladores deben procurar que a través de normas justas, se mejore la situación de tantas mujeres y hombres que son explotados porque no hay normas que obliguen a los patrones a pagarles bien, a inscribirlos al seguro social, a darles prestaciones, a respetar horarios de trabajo, vacaciones y días festivos, en fin. Poner fin a la tolerancia que se ha dado con respecto al trabajo en el hogar. Hablamos de 2 millones de personas que no tienen certeza en su relación de trabajo. Algunos lo aprovechan, como las Señoras que buscan 'Muchacha', otros claramente no.

Con razón, me llaman la atención que muchxs patronxs no incorporan al IMSS a las trabajadoras por falta de voluntad, pero que eso no implica que nadie lo haga. Es verdad. La misma persona me comparte este sitio del Infonavit, para trabajadores del hogar en donde se informa sobre la ayuda para la vivienda y un fondo de ayuda para el retiro. La inscripción es voluntaria.

Por lo pronto aquí está el nuevo reporte de Conapred sobre Trabajadoras del Hogar

El tema está puesto, discutámoslo.




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