miércoles, 25 de febrero de 2009

Entre el centralismo y el catastrofismo


Los ánimos centralistas del coyuntural y desideologizado gobierno de Felipe Calderón son ya preocupantes. No solamente no se da cuenta de que la única forma de fortalecer las instituciones federales es, pues eso, apuntalar el federalismo; sino que además viola la Constitución, concretamente los principios básicos de organización del Estado: el Federalismo y el principio del Municipio Libre mediante el uso falaz del Ejército como el único cuerpo no infiltrado por el cáncer del narco.
Al ningunear a los gobiernos locales y municipales, el gobierno federal, incluídas las dos Cámaras del Congreso, dispersa aún más la institucionalidad, que tanta falta hace para combatir la delincuencia organizada. Parecen no darse cuenta de que la señal que envían a las bien organizadas bandas de narcotraficantes es la de una des-coordinación y una falta de estrategia pueriles. El centro de mando efectivamente debe estar en algún lado, elemental. Pero en México se percibe que cada nivel de gobierno patea su propia pelota al mismo tiempo de que el ejército juega en otra cancha. Me pregunto, y el federalismo? para bien y para mal, no he escuchado a ningún Presidente municipal quejarse de las violaciones a su autonomía cometen los militares o las autoridades federales, no he escuchado a ningún funcionario federal llamar al trabajo conjunto con gobernadores. Cada uno jala pa´su santo, claro, es año electoral y a todos conviene echarle la culpa al otro. El PAN irresponsablemente culpa a los gobiernos del PRI, pero es el mismo PAN quien sale a reconocer que Fox también tuvo vela en el entierro. Como siempre los mexicanos andamos buscando no quien no las hace sino quién nos la paga y mientras tanto los narcos se reagrupan, se rearman y disfrutan del show mediático de los polivoces reloaded.

México, que desde la entrada en vigor de la Carta de 1917 ha vivido en un Federalismo virtual, requiere fortalecer la descentralización política, el reconocimiento de la soberanía de los estados de la federación y de la autonomía de los municipios aunado a un pacto de cooperación serviría como una bazooka institucional -digo para ver si algún calderonista me entiende, pues parece que en México uno debe usar ya un narcolenguaje.

Mientras tanto siguen los dimes y diretes de nuestros -armados, que no amados- políticos buscando que nosotros los ciudadanos sin camionetas blindadas ni guaruras ni 9mm votemos por ellos en julio. Y el que se queje, ya nos dijo Calderón: es un catastrofista!
A propo:
Javier Ibarrola Control (militar) del Estado: "Si Calderón acude al Ejército como último recurso para recuperar el control del estado, no debe extrañar que los militares, como ya lo hacen, se metan de lleno al mundo de la política y sostengan, como lo sostienen algunos de sus analistas, que “con la falta de legitimidad, ingobernabilidad social, y empecinamiento en conservar en su gabinete de gobierno y en los principales puestos públicos, a sus amigos y gente inepta, es difícil que Felipe Calderón se conserve en el poder”."
Durísima opinión de Marcela Gómez Zalce El punto final del Estado fallido: "La cuenta regresiva ha comenzado para este (des)gobierno encabezado (o será ¿descabezado?) por Felipe Calderón, que ya está rebasado y no sabe con qué paliar los efectos de su ineptitud, ineficacia, incompetencia, inseguridad e inmadurez. El residente de Los Pinos no está funcionando como de jefe de Estado. No está funcionando como líder del país y ni hablar en el interior de su gabinete.
Lo suyo es la evasión, y como consecuencia hay un gobierno desorganizado, desarticulado, disfuncional y atomizado frente a la organizada delincuencia.
Así que como no puede... renuncie. Ése, my friend, es el único punto final."

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