viernes, 8 de mayo de 2009

Editoriales Mexicanos: Una propuesta



Tengo una Propuesta al Gobierno Federal:
Se me ocurre que, de la misma manera que cuando en agosto de 2008, Rusia invadió Georgia y tanto Medvedev, Putin, como Saakashvili y Gorvachev, enviaron cartas abiertas a diversos periódicos de alta circulación para explicar sus puntos de vista y las realidades de sus países; podría el gobierno mexicano, aunado a las efectivas políticas y medidas de las representaciones diplomáticas mexicanas en el exterior, publicar cartas abiertas o editoriales, en varios idiomas, en diversos diarios de alta circulación, no de queja ni de acusación, sino de información. Una carta que pueda leer cualquiera en donde se explique qué pasa realmente en México, por qué en México se han tomado esas medidas tan extremas, qué potencialidad tienen los mexicanos y los turistas procedentes de México de estar enfermos, por qué ser mexicano no implica estar enfermo, en fin. Una serie de datos que informen al mundo, y que den al mundo el punto de vista interno de la situación. La discriminación y los malos tratos están basados en la desinformación. Si se informa oportunamente al ciudadano común, que es al final de cuentas el que tiene contacto con los mexicanos y quien, según leo, está tratando mal a los mexicanos. Para llegar a esas personas, me parece que los periódicos y revistas son un buen medio y que esos malos tratos podrían disminuir y no hace falta que se acuse a países con la comunidad internacional.
Fuera de México recibimos una información que casi siempre tiene un punto de vista externo, por lo que quienes no tienen ningún contacto con México ni sus medios de comunicación, ven las cosas de otra manera y en mucho ayudaría información desde México.

En mucho ayudaría una serie de editoriales por parte del Presidente Calderón y de sus Secretarios de Salud, Turismo y Exteriores, por lo menos.
Creo que sería una estrategia seria y de amplio alcance, que mostraría la voluntad mexicana de ser transparente y en consecuencia, el derecho de no ser aislado.
Es una propuesta.

Aquí copio parte de la columna de hoy de Miguel Angel Granados Chapa, REFORMA, que en mucho refleja mi postura sobre las exageradas reacciones de México...y que reconoce las buenas reacciones de los Gobiernos federal y local también.
Copyright © Grupo Reforma Servicio Informativo


La crisis sanitaria reclamó la atención conjunta de los gobiernos federal y locales de la ciudad y el estado de México. ... la noche del 23 de abril, la presencia de los secretarios de Salud involucrados, el federal y los dos locales, mostró a las claras que las querellas y tensiones no obstruirían las acciones en común o las que se rozaban sin estorbarse.
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Las buenas maneras de Calderón en la coyuntura política interna motivada por la influenza se trocaron en desahogos nacidos del despecho en el ámbito internacional. La reacción de algunos gobiernos ante la situación mexicana y el maltrato a conciudadanos que tuvieron la mala fortuna de viajar en estos días críticos o a quienes se evitó hacerlo por la cancelación de vuelos produjo una irritación social exacerbada a la que el gobierno federal y Calderón personalmente se sintió arrastrado y buscó encabezar.

La decisión de Cuba y Argentina de cerrar la comunicación aérea con México suscitó una oleada de mezquindad fundada en lo que se considera a su vez una respuesta mezquina a presuntos favores que el gobierno de México y porciones de su población han hecho a aquellos países. El altruismo y la generosidad, para ser éticamente válidas, deben ser unilaterales, no esperar nada a cambio. La solidaridad mexicana con Cuba ante el asedio que ha padecido (solidaridad muy relativa por lo demás) y la desplegada ante el exilio argentino de los años setenta no formaron parte de un canje. No se extendió a México y a los mexicanos un vale pagadero en circunstancias ulteriores que, por lo demás, no guardan proporción con las que generaron el trato que ahora se juzga deshonrado.

Pero ha sido peor la reacción presidencial. En un primer momento Calderón protestó por la reclusión sanitaria de mexicanos en China o por la suspensión de vuelos de y hacia Argentina, sobre la base de que habían adoptado actitudes infundadas, nacidas del desconocimiento de la situación real (que, por otra parte, los gobiernos respectivos podían medir a la luz de la muy severa alerta sanitaria establecida en México). Pero, siendo "de mecha corta" como se ufana de ser, es decir susceptible al enojo fácil, dio en criticar a los gobiernos que presuntamente nos han ofendido. Enrostró a Haití su pobreza por haber rechazado un cargamento de ayuda mexicana ante el riesgo de una infección (que diezmaría a una población harto vulnerable) y acusó al gobierno de Beijing de haber encarado con opacidad e ineficiencia la crisis del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y el modo en que en Argentina se combate hoy el dengue.

Es una grosera forma de entrometerse en los asuntos ajenos, con la que el Presidente agrava la frágil posición en que ha quedado nuestro país en la comunidad internacional. Si se estima injusta, como lo es, e infundada, como también lo es, y excesiva, como igualmente lo es la reacción de esos y otros gobiernos, hay más de un canal a través del cual se pueden exigir satisfacciones. La relación diplomática bilateral y los mecanismos de la Organización Mundial de la Salud, y aun los de defensa internacional de los derechos humanos pudieron utilizarse para remediar el agravio a México. Pero será imposible apelar a ellos desde la injerencia impertinente que osa descalificar acciones que ni siquiera nos concirnieron.

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Sale hoy, también en el mismo sentido, el editorial de Pablo Gómez, que no hace falta que copie íntegro, porque Milenio, no cobra como lo hace Reforma. Pero va así:


"El gobierno mexicano se ha declarado ofendido, pero ofende. Y lo hace de diversas formas. Ante las ofensas de las autoridades chinas contra más de un centenar de turistas mexicanos, la cancillería de México entró en cólera e, incluso, envió un avión a China para repatriar a aquellos nacionales víctimas del peor trato sanitario, aunque eso no es xenofobia, pero tal rescate nos llevó a recordar la reclusión en peores condiciones de centenares de miles de migrantes mexicanos en Estados Unidos sin que nadie les envíe, ya no digamos un jet, sino cualquier otro medio de transporte. El patrioterismo mexicano no tuvo igual en el incidente de China, con bandera en la puerta del avión y todo lo demás, lo cual carecería de significado si no fuera por la falta de asistencia mexicana a los braceros detenidos y retenidos, y al pésimo trato que le dan las autoridades mexicanas a los migrantes de Centroamérica.
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Pero el gobierno aquí sí fue blandengue. Se llegó al absurdo de que en el Distrito Federal estaban cerrados los restaurantes y diez centímetros al lado, en el Estado de México, permanecían abiertos, ante lo cual Calderón no dijo una palabra para no entrar en discusiones, pero tampoco hizo nada para lograr una sola política ante la alarma.

Ahora se dice que la gripe nueva volverá y que, por tanto, seguiremos en la nueva guerra, ahora ya no sólo contra el narcotráfico, sino también contra un virus de procedencia desconocida. Cualquiera sabe que la sanidad mexicana es mala y que es necesario reformarla con gripe nueva o sin ella. Sin embargo, eso no es lo que nos dice el gobierno, sino que estamos en nueva guerra y el comandante en jefe es el general Felipe Calderón..."

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