Angela Merkel, un perfil.
Por: Geraldina González de la Vega
Foto:REGIERUNGonline / Bergmann
Desde 2005 –quizá antes- leemos en los diarios europeos “¿Quién es Angela Merkel?” “Angela Merkel, una desconocida”. “Merkel, la esfinge”. En fin. Títulos y artículos que apelan a la falta de perfil de Angela Merkel, a la dificultad para retratarla, ¿qué quiere Angela Merkel?, se preguntan. En realidad el problema no estriba en que nadie sepa nada de ella, el problema, o más bien, la cuestión es que Angela Merkel no cabe en un molde y por lo tanto cuesta trabajo definirla. Como líder del partido cristiano demócrata, difícilmente entra en esa clasificación, pues para Merkel primero está la libertad y la individualidad, incluso antes que los valores conservadores del cristianismo y a pesar de ser hija de un pastor luterano. Como mujer en la política, Angela Merkel no formó, ni forma parte de los movimientos feministas, lo que la coloca en un espacio neutral frente al “Club de Tobi” y el grupo feminista de la Unión. Esta cuestión choca un poco con el modelo de femenidad de las mujeres de su generación: la quema brassieres o la frívola. Como científica pura y dura, salió de la academia para buscar espacio en la lucha por el poder, aunque haya declarado que “antes también quería el poder –sobre las moléculas”. Como alemana oriental, es difícil de definir, se encuentra a medio camino entre el comunismo y el capitalismo renano. Representa con la CDU la tradición occidental alemana, aunque no le haya tocado vivirla. Pretende conjugar una sólida relación Atlántica pero al mismo tiempo con Europa central y oriental. No sigue un modelo, ni una ideología. Angela Merkel no nos muestra la imagen familiar, ni de pareja. Se le quiere encajonar en el papel de “dama de hierro” y ella prefiere sonreir o hacer caras frente a las cámaras de TV. Se le critica su imagen en los medios, pero es la Canciller que más y mejor los ha usado. Merkel busca ser directa y didáctica, no diplomática ni agradable. Prefiere la racionalidad que las tradiciones. Prefiere resolver problemas que aferrarse a ideas. Angela Merkel es la primera mujer Canciller de Alemania, la más jóven, la única científica y la primera que vivió en la extinta República Democrática Alemana.
Angela Merkel se enroló en el CDU después de la caída del Muro, quizá como la única opción para perseguir aquello que buscaba: la libertad. Angela Kasner nació en Hamburgo en 1954, su padre, pastor de la iglesia luterana, decidió llevar a su familia a vivir a Templin, en Brandenburg dentro de la recién formada República Democrática Alemana. Horst Kasner era conocido como “el rojo Kasner” por sus nexos con el Gobierno del SED. Su madre, Herlind Kasner es miembro del SPD. A pesar de que el Gobierno comunista censuraba a las iglesias, el padre Kasner buscó relacionarse con él para obtener flexibilidad y privilegios. Gracias a ello, Angela pudo estudiar Física, sin ningún problema, en la Universidad de Leipzig. Ello, a pesar de no haber recibido la “consagración juvenil” propia del regímenes comunistas y requisito de “confiabilidad ante el régimen”. El apellido Merkel lo obtuvo de su primer marido, el también físico, Ulrich Merkel, con quien contrajo matrimonio en 1977 y de quien se divorció en 1982. Angela no recobró su apellido de soltera, quizá por su ya sólida carrera académica, quizá para alejarse de la ideología que su familia sostenía. Lo cierto es que Angela Merkel ha probado a lo largo de su carrera ser una persona independiente y autónoma. En 1998 contrajo matrimonio con su colega, Joachim Sauer, quien la acompaña ocasionalmente. Se dice que Angela Merkel logró su primer puesto político como vocera del gobierno CDU oriental gracias a los nexos de su padre con Lothar de Maizere, el último jefe de Gobierno de la RDA. Desde entonces la carrera de Merkel subió como la espuma, en tan sólo 15 años pasó de ser la Profesora Merkel, a ser la Canciller Merkel y según Forbes, la mujer más poderosa del mundo.
El biógrafo de Merkel, Gerd Langguth, cuenta que cerca de su cumpleaños número treinta, su padre le dijo “Angela, no haz llegado muy lejos”, dicho que ella se tomó a pecho y que puede ser uno de los momentos de rompimiento para su carrera personal y política. Su personalidad decidida se muestra en la forma en que fué escalando uno a uno los escalones del partido, desde vocera en la RDA, Ministra de Mujeres y Familia y de Medio Ambiente durante el Gobierno de Helmut Kohl, hasta llegar a ser la primera mujer presidenta del CDU federal en 2000. La Presidencia la consiguió gracias a que supo mover de manera calculada e inteligente sus fichas en el tablero. Su muy criticada carta de despedida a su protector Kohl, en diciembre de 1999, después del escándalo de donativos secretos a la Unión, obligó al entonces Presidente del partido y hoy Ministro del Interior, Wolfgang Schäuble a presentar su renuncia. Merkel, en ese momento Secretaria General, se encontraba en una posición óptima para recibir la Presidencia, la carta la había dado el poder de facto. Para las elecciones de 2002 Merkel pretendía lanzarse como candidata por la Unión, pero tuvo que ceder en el famoso desayuno de Wolfratshausen a favor de Edmund Stoiber, quien tenía el apoyo de todos los barones de la Unión. Después de la derrota electoral, Merkel se posicionó para derrocar a Friedrich Merz, quien tenía en liderazgo de la fracción en el Bundestag. A partir de 2002, con el partido en sus manos, Presidenta y Líder de la fracción del CDU en el Bundestag, Angela Merkel comenzó a construir su camino hacia la Cancillería. Después de los resultados electorales de 2005, que fueron en realidad los peores que ha tenido la Unión desde su formación con Adenauer, Angela Merkel esperó pacientemente la caída de Schröder y la posibilidad de aprovechar el momento para hacerse del poder. Unos días después de la elección, su partido le reiteró el apoyo con una impresionante mayoría, con ello Merkel salió fortalecida y decidida a formar un gobierno, en el que ella, sería la jefa. El 22 de noviembre de 2005 Angela Merkel recibió 397 votos a favor, de 611. Norbert Lammert, Presidente del Bundestag le dijo “Liebe Frau Merkel, es usted la primera mujer electa Canciller de ésta democracia”, después, ella juró el cargo y recibió el nombramiento del Presidente Federal. Sus padres Horst y Herlind Kasner estaban en la tribuna. Joachim Sauer presenció todo por televisión en una habitación contigüa al pleno en el edificio del Reichstag. Después de las celebraciones, Angela Merkel se retiró a su casa, para tomar una copa de vino con su marido, y celebrar solos.
¿Qué no sabemos sobre Angela Merkel? Quizá no se sabe qué tipo de pijama usa o qué música escuchaba en su juventud. Se ha mitificado su persona a tal grado que, después de 9 años de estelaridad, se sigue preguntando ¿quién es Angela Merkel, en realidad? Ella se ha cansado de decir, “lo que ven es lo que soy” o su clásica respuesta ante cuestionamientos sobre modelos o héroes “ich bin ich” (yo soy yo). Angela Merkel no cabe en el típico molde de las políticas de su edad que catapultaron sus carreras gracias a los movimientos feministas de los sesenta y setenta. No le tocaron. Ella nació dentro del postfeminismo, la igualdad antropológica del comunismo no hacía necesario que la mujer quemara brassieres para ser igual que los varones. Angela Merkel tampoco encarna a la mujer que cumple con el dictado conservador Küche, Kirche, Kinder (cocina, iglesia, hijos). Por alguna razón ella no tuvo hijos, Angela Merkel creció en una Iglesia y ha dicho en entrevistas, que cocina unos excelentes Rouladen. Se ha decantado siempre a favor de la libertad “Im zweifel für die Freiheit” (en caso de duda, por la libertad). Lo podemos ver en su apoyo al reconocimiento de las parejas gay, en las cuestiones de bioética y genética, y en su posición minoritaria dentro de las filas de la Unión en temas como la despenalización del aborto o la situación privilegiada del matrimonio y la familia. Su gobierno de Gran Coalición ha hecho todavía más difícil la decantación de Merkel en un molde, pues ha apoyado políticas que para las bases de la Unión se antojan demasiado socialistas o intervencionistas. La realidad es que la Unión –como el SPD- sufren una crisis de identidad que buscan achacar a sus líderes. Angela Merkel además no representa al político clásico que abusa de la retórica, del carisma y de las ideas, Angela Merkel se enfoca a los problemas y a sus soluciones, su método es científico, prueba y error, lo que le permite una búsqueda consecuente de soluciones y su corrección en el curso. Aunque no lo parezca, Merkel tiene ambición de poder y prueba de ello es que hoy se sienta en la oficina principal del Band des Bundes, como se conoce a la serie de edificios realizados por Axel Schultes, para alojar las oficinas de gobierno federal en Berlín. Y Angela Merkel, pretende quedarse.
Merkel tiene una formación científica, por ello su pensamiento está libre de ideologías, ella parte de la necesidad del funcionamiento eficiente de la sociedad y da preferencia a las soluciones racionales frente a las experiencias o tradiciones. Es ambiciosa y le gusta ser la “chica aplicada”, hace lo que se propone, y busca hacerlo bien. La ausencia de una campaña política se debe en parte a que Angela Merkel no propone ideas, propone soluciones que no son definibles a través de ideas básicas, sino que se desarrollan al responder preguntas concretas. Sus virtudes se convierten en sus mayores defectos: la falta de carisma, de ideología, de empatía, de lealtades, su extrema racionalidad y su independencia y soledad. Al final del día, ello la ha llevado hasta donde está y ello mismo podrá arrancarla de allí.
Gerd Langguth ha descrito a la octava Canciller de Alemania de la siguiente forma: Angela Merkel es ambiciosa y disciplinada; es una persona que prefiere atender a la razón que a las ideologías; debido a su experiencia en la RDA, prefiere buscar una vía para dar preferencia a la individualidad y a la libertad; por lo mismo, no confunde su privacidad y sus sentimientos con el mundo oficial de la lealtad al Estado; no tiene un sistema de lealtades, la gente que la rodea es gente eficiente o eficaz en su trabajo; sus convicciones son en realidad lo contrario de lo que vivió en el socialismo de la RDA, piensa en categorías de libertad individual y responsabilidad; por lo anterior, tiene una imagen muy positiva de los Estados Unidos; no apoya la reglamentación de la sociedad, favorece el in dubio pro libertatis; se decanta más a favor de la compresión racional de los objetivos políticos que a favor de las posiciones fundamentales cristianodemócratas; la imagen femenina de Merkel está fuertemente influída por su experiencia en la RDA, por ello cobra distancia de las políticas feministas de la RFA y presenta una imagen sobria y poco atractiva; Merkel representa como nadie la historia general de Alemania, representa el éxito de la RFA, la herida del comunismo y la división, así como una empatía con Europa central y oriental; Merkel reconoce el momento exacto de la oportunidad y para su realización toma cualquier riesgo; Merkel trabaja con los medios para participar activamente en la formación de la opinión pública, a diferencia de Schröder que buscaba gobernar los medios, Merkel busca gobernar con los medios; y para Langguth, Angela Merkel es una canciller comodín, pues su perfil y su falta de raíces ideológicas la hace candidata a gobernar con -casi- cualquier constelación posible.
Según su biógrafo, la coalición favorita de Angela Merkel debe ser la Gran Coalición, pues es con la única con la que puede realizar grandes reformas, como las que durante la 16. Legislatura se realizaron: en el tema laboral, la jubilación hasta los 67 años; en la política de salud, los fondos sanitarios; en la política familiar, guarderías y dinero para la educación; en la política fiscal, subida del IVA; en la política europea, Angela Merkel obtuvo el apodo de la “Canciller del Clima”; en el tema ferroviario (DBahn), la privatización –que se vió truncada por la crisis-; en el manejo de la crisis, los dos paquetes de rescate y la negociación para rescatar Opel. En el ámbito internacional, Angela Merkel tuvo un excelente debut en la cumbre europea de 2006. El primer trimestre de 2007, Alemania retuvo la Presidencia del Consejo con éxito. Merkel logró posicionar el tema del cambio climático en Europa y con los Estados Unidos en la reunión del G8 en Heiligendamm en junio de 2007. También ha realizado algunos pasos controvertidos en la escena internacional pero que muestran la consecuencia de sus principios, ha presionado a Rusia y a China en los temas de Derechos Humanos y recibió al Dalai Lama en Berlín. En septiembre pasado fué criticada su posición respecto de la participación del Estado y de Europa en la crisis financiera. Algunas medidas que adoptó la Gran Coalición, como la “prima por desguace” (Abwräckprämie) han sido criticadas por la oposición, también por los posibles socios: los liberales del FDP. Pero por las encuestas todo parece indicar, que para que Alemania logre una recuperación consecuente, es necesario que siga el Gobierno formado por la Unión y el SPD. Después de todo lo que se necesitan son soluciones racionales y no parches ideológicos, quizá Angela Merkel es el patrón de un nuevo modelo de política: la racional.
martes, 22 de septiembre de 2009
Angela Merkel, un perfil.
Publicado por
Geraldina GV
Etiquetas:
CDU/CSU,
Elecciones Alemania,
feminismo,
Leyendas Alemanas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario