jueves, 5 de noviembre de 2009

Crucifijos: cultura o religión?


El martes el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo presentó su resolución acerca de el uso de crucifijos en los salones de clase: La presencia de crucifijos en las aulas de los colegios italianos constituye "una violación del derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones" y "una violación de la libertad religiosa de los alumnos".

Es la primera vez que el tribunal europeo se pronuncia sobre la presencia de símbolos religiosos en los colegios. El fallo se basa en que el crucifijo puede ser molesto para alumnos de otras religiones y para los ateos. "La Corte no comprende cómo la exposición del crucifijo puede servir al pluralismo educativo, esencial para la conservación de una sociedad democrática".

No nos tardamos en celebrar la decisión del Tribunal que afecta solamente a Italia, cuando la curia puso el grito, literalmente en el cielo "esa decisión es la manifestación de un secularismo agresivo que no debe mas que quitarnos el sueño" dijo el presidente de la Conferencia Obispos en Italia, el Cardenal Bagnasco, y es que con prfunda miopía el Cardenal considera que la cruz no es un símbolo religioso sino cultural (!) Bueno para probar su tolerancia religiosa, he pegado aquí un crucifijo, no sé si les suceda como a mi, que me perturba ver a un hombre sangrante, semimuerto colgado de una cruz por medio de clavos en sus manos y pies. Cuando era niña me aterraba el crucifijo enorme que mi abuelita tenía en un cuarto de su casa, ahora me pregunto, por qué habrán de estudiar todos los niños de escuelas públicas, subrayo públicas, bajo ese símbolo? Tan sólo para mantener contentos a una mayoría de adultos que buscan adocrtrinar a los niños para no perder adeptos a su iglesia? Cómo estudiar bajo la mirada de ese hombre crucificado sobre tolerancia, sobre otras religiones, sobre bilogía, sobre filosofía? La educación DEBE ser laica. La fe no pertenece al aula.

El jefe del partido democrático de oposición en Italia, Bersani dijo que la cruz en las escuelas es una tradición que no pretende ofender a nadie. Mientras que con justa razón el líder de la comunidad judía en Roma, el Rabino Di Segni dió la bienvenida a la decisión: en los edificios públicos no debe haber ningún símbolo de ninguna religión.

La familia italiana que se amparó en Estrasburgo dijo sentirse amenazada y perseguida por los talibanes católicos. El tribunal, por unanimidad de sus siete jueces, da la razón a Soile Lautsi, una ciudadana italiana de origen finlandés, que pidió en 2002 al instituto público Vittorino da Feltre, de Abano Terme (Padua), donde estudiaban sus dos hijos, que retirara los crucifijos de sus aulas. Tras la respuesta negativa del centro, Lautsi recurrió, sin éxito, a diversas instancias jurídicas italianas y, finalmente, a Estrasburgo. La idea que inspiró su denuncia es que "el crucifijo tiene detrás muchísimos significados negativos, a partir de la discriminación de las mujeres y los homosexuales", según señaló Lautsi en 2002. Ayer, la mujer declaró estar "contentísima" por el fallo.

En Alemania tampoco se hizo esperar el escandalito, y claro principalmente en el catoliquísimo estado de Baviera, donde no sólo en 1995 ya se declaró inconstitucional la norma que establecía que en cada aula debía haber un crucifijo, sino en donde en las calles, plazas públicas y cimas de montañas encontramos a Jesús fijado en la cruz. Detestable. El vocero de política familiar de la fracción del Bundestag del CSU (cristiano demócratas de Baviera), Singhammer, dijo que se trataba de una clásica sentencia equivocada, con la que los fundamentos del Tribunal se debilitarían (por mandato divino?). Dijo que los jueces con su decisión no hablan en nombre del pueblo "la adhesión al ateísmo no debe ser privilegiada y los contenidos de fe cristianos no deben ser discriminados" (!)

Parece que Herr Singhammer nunca ha oído hablar de los derechos de las minorías. Ahora resulta que la Iglesia que tanto llora porque se discrimina a los católicos en naciones musulmanas, busca hacer lo mismo en países donde la mayoría es católica. Después de Weimar, se entendió que el principio de mayoría precisa ser frenado por los derechos de las minorías y que los Estados Constitucionales modernos para poder ser realmente democráticos, deben garantizar la pluralidad y para ello es indispensable la tolerancia. Por qué no mejor al césar lo que es del césar y a dios, que le vaya muy bien.

Y la Religión? Bienvenida, en el templo y no en las aulas públicas.
Bravo por Estrasburgo!

Aquí puedes encontrar un trabajo mío sobre la decisión del Tribunal Constitucional Federal (alemán) llamada también Del Crucifijo, de 1995. En ella los jueces hacen una ponderación entre la libertad religiosa positiva (la que reclaman cardenales y católicos) y la negativa (la que reclama la familia italiana y en el caso alemán una familia que educaba a sus hijos bajo las premisas de la antropofilosofía).

La información de la nota es de El País.

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