lunes, 21 de diciembre de 2009

La Navidad en Aachen


Reportaje de Mercado de Navidad o Weihnachtsmarkt de Aachen.

He compartido algunas fotos y me han preguntado que qué se hace en el mercado de navidad, qué hay, en fin. Ya había puesto un largo post explicando lo de los mercadillos y el adviento. Aquí posteo sólamente sobre el mercado de la ciudad en que vivo desde 2007: Aachen. Y que es de los más bellos que he conocido, porque se coloca entre el Rathaus (Ayuntamiento) y el Dom (Catedral) que son los edificios simbólicos de Aachen. El Dom fué construído sobre la capilla de Carlomagno y el Rathaus conserva aún una torre de su castillo. En Aachen fueron coronados todos los emperadores del Sacro Imperio Romanogermánico. En el Rathaus se encuentra la sala de coronaciones donde se conservan réplicas de la corona, cetro y otras piezas que pertenecieron a Carlomagno y en donde hoy se realiza la ceremonia para otorgar el premio que lleva el nombre del emperador.
En el fondo de la foto de arriba se puede ver el clásico letrero sostenido por las enormes galletas de Printen, o pan de gengibre típico de Aachen.

Aquí se puede ver el Rathaus en la parte de enfrente del lado derecho.










Foto desde las escaleras del Rathaus. Puede verse una parte del Mercado.

Reseña de 2007 que resulta aplicable a todas mis experiencias entre ´03 y ´09:

Ayer domingo estuvimos allí, llovió poco (respecto de hoy y el sabado) y a pesar de ello, estaba repleto, lleno de familias, amigos, extranjeros solitarios y un poco de todo. Un extraño español nos fue a preguntar si también eramos españoles, dije "no, yo soy mexicana. Qué tal?" y respondió "venga, pues como todos los años" (?) pues si, seguramente el mercado es como todos los años, o habrá querido presumirme que va todos los años? no lo sé. Nos moríamos de hambre y no estábamos de humor para hacer nuevos amigos, mejor nos formamos en la cola para los Reibekuchen.



Estos son los famosísimos Reibekuchen. Son hechos de papa rallada y después fritas, se come normalmente con puré de manzana. Sinceramente, éstos Reibekuchen han sido los mejores que he probado. Y las largas colas constatan que no soy la única con esa opinión, estaban b-u-e-n-í-s-i-m-o-s.

Después de las Bratwurst (claro, también comimos unas salchichas) y los Reibekuchen, nos fuimos por un Glühwein al Hexenhof (un puesto que se llama el patio de la bruja):



Además de Glühwein, puedes tomar otras bebidas calientes, con crema y cosas empalagosas, como pueden ver en la foto de enmedio. En lo que esperas, te invitan una galletita navideña. Hay Jagertee que sabe horrendo, lo pedí antier. Hay rompope con crema y chocolate caliente, entre otras:


Nos tomamos los Glühwein a la mitad (por aquello de los empujones en la multitud) y seguimos caminando hacia el frente del Rathaus. En el camino vimos esto:


Fachada del Rathaus
Encontramos puestos de regalos, de pastas de gengibre (Printen) y galletas, de artesanías, joyería, gorritos de santa claus o cuernitos de reno. Llegamos al Rathaus y tomamos algunas fotos.

Después compramos castañas asadas y compramos otro Glühwein. Esta vez la tasa era un muñeco de nieve, en las fotos de abajo la pueden ver.

Compramos un riquísimo queso austriaco (que huele a pies de corredor olímpico) y caminamos por ahí un rato más, apretujados entre la gente, pasamos por puestos que venden encajes de bolillo, tés y especies, tallado en madera, tasas de cerámica, regalos, papagayos y tucanes de metal, en fin, como dije, aquí encuentras casi de todo:







Puesto de Galletitas de Navidad (Plätzchen)

estas son solo algunas de mi colección de tasas de mercados de navidad, y es que en cada ciudad cada año se mandan a hacer tasas.

Aquí un poco de todo: Printen, Nueces de castilla, Castañas, Spekulatius (el ángel), Gummibärchen (ositos), strollen stückchen, Vanille gipfeln (galletitas de vainilla).

Había un show de villancicos alado de un tiovivo, de manera que estaba más apretado el camino que nunca, entre los que estaban ya ahí plantados viendo, y entre los que querían caminar, pero se paraban en el camino a ver, el tráfico se hacía muy pesado. En estos lugares debería de haber semáforos peatonales, es complicado que no haya reglas de tránsito, pues viene uno caminando y derrepente al hombre gigante de adelante le llama la atención el tucán de metal del puesto de la derecha, tú vienes muy confiado en el paso del grupo, tomas un sorbo de tu Glühwein o le das una mordida a tu salchicha o simplemente admiras a tu alrededor, y cuas! estrellas tu salchicha llena de mostaza en la chamarra del hombre de adelante. No trae stops! y todavía se enoja... En algún lugar había un crucero peligroso, yo que mido 1.58cm soy como la ranita del videojuego, tengo que esquivar a los que vienen caminando horizontalmente que asemejan unos tortons a toda velocidad y con salchichas llenas de mostaza o platitos de papas a la francesa rebozantes de mayonesa, y yo, solamente quiero cruzar al otro lado, donde Thomas ya me espera preocupado, veo que saca el brazo largo para alcanzarme y jalarme entre aquella multitud que viene caminando con el mismo ritmo, paso redoblado, los más pequeños vienen jalados por los padres, finalmente logro pasar y le digo-- "carajo Thomas, aquí deberían poner policías subidos en una caja de chelas o contratar un viene viene...."

Llevo ya cinco años viviendo en Alemania, y es mi séptima Navidad acá, ésta historia se repite año tras año, y es que ir al Mercado de Navidad es LA experiencia navideña en Alemania.

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