Cartas del Lector / Equivocación ideológica
(31 marzo 2010).- Pareciera que algunos personajes del priismo capitalino han equivocado rotundamente sus convicciones ideológicas, y encuentro muestras de ignorancia inexcusable. La llamada objeción de conciencia es una excepción que los particulares oponen ante la autoridad ante determinadas obligaciones o facultamientos legales. Nunca en sentido contrario.
La autoridad no presenta jamás una ética determinada: cumple con la ley. La autoridad no tiene "punto de vista" ante el ejercicio de derechos de las personas. Quien se encuentra "abarcado por la situación" es quien puede o no oponer una objeción de conciencia: me divorcio o no, contraigo matrimonio homosexual o no, interrumpo el embarazo en el término legal o no, voy a la guerra o no, etcétera. Pero jamás la autoridad puede, a través de un burócrata, oponer esa objeción de conciencia, pues la autoridad hace lo que la ley le atribuye como facultades sin argumentación personal de ninguna naturaleza. La iniciativa del priismo capitalino da vergüenza.
René González de la Vega
Lomas de las Águilas, Álvaro Obregón, DF
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