martes, 22 de junio de 2010

Los van a discriminar #derechoatecho

La imagen pertenece al informe Stonewall sobre familias homoparentales publicado en mayo de 2010

Los van a discriminar*
Por: Geraldina González de la Vega

Parece que alguna parte del conservadurismo del país ha aceptado que tod@s tenemos derecho a contraer matrimonio. Es evidente que dentro del partido Acción Nacional no, mucho menos en el Gobierno Federa pues a través de la PGR buscan pervertir el sistema jurídico mexicano para evitarlo, pero ese no es el tema que quiero tratar aquí, sino el de las adopciones.
El conservadurismo mexicano se manifiesta totalmente en contra de las adopciones, que dicho sea de paso, su normativa en el Código Civil del D.F. no sufrió ninguna modificación y por ende, desde siempre personas homosexuales han podido adoptar menores, siempre y cuando cumplan con los requisitos que para ello exigen las normas aplicables. En el D.F. tal o cual preferencia sexual nunca ha sido una condición para adoptar, la Constitución prohíbe discriminar en razón de ello. Así siempre ha sido, así seguirá siendo, si la Corte resuelve conforme a la Constitución y al Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
De acuerdo con el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), para adoptar, se deberá atender en primer lugar y sin exceción el interés superior del menor. Es decir, l@s solicitantes deberán ser valorados en su aptitud para proveer a la subsistencia, la educación y el cuidado de la persona que trata de adoptarse, como hijo propio, según las circunstancias de la persona que trata de adoptar; comprobar que la adopción es benéfica para la persona que trata de adoptarse, atendiendo al interés superior de la misma, y que el adoptante es persona apta y adecuada para adoptar. De tal forma que deberán pasar un escrutinio estricto por parte de autoridades administrativas y jurisdiccionales.
El argumento fundamental de la PGR es “el interés superior del niño”, pues de acuerdo con su visión prejuiciada, las parejas homosexuales no son aptas para tener familias y peor, como cree que la mayoría comparte los prejuicios en contra de las personas por su orientación sexual, el sólo hecho de ser adopado por una pareja gay es una discriminación para el menor y por tanto, una violación a sus derechos. Es claro que en todo caso el Estado debe velar por los intereses de los menores, no sólo en los casos de adopción, así lo establece la propia Constitución. En el caso de las adopciones se trata además de menores que necesitan que el Estado sustituya a sus padres y les procure un sano desarrollo. La figura de la adopción permite que una persona o pareja cree un vínculo de parentesco con un menor que no tiene padres y que, normalmente, se encuentra bajo la tutoría del Estado.
El DIF-DF se pronunció en favor de la adopción de menores por parte parejas del mismo sexo, siempre y cuando cumplan con todos los requisitos y evaluaciones que se aplican a cualquier interesado. La directora de la institución, Martha Patricia Patiño, dijo que la ética de una persona no se define por su preferencia sexual y, por lo tanto, no es condicionante para la adopción de un menor. (Reforma, Excélsior, Crónica, 19/02/10)
La comunidad LGTB argumenta a su favor que los menores tienen derecho al amor que una pareja, sea hetero o sea homosexual, esté dispuesta a darle, y que el Estado no debe juzgar sobre las preferencias sexuales del adoptante, sino en su capacidad de ser un buen padre o madre adoptivo. Además, sus dichos no se basan en su buena voluntad y en su deseo de formar una familia, sino en datos científicos. Existen muchos estudios que demuestran que los menores que viven en familias homoparentales no sufren de ningún trastorno, más al contrario son niños que reciben una educación plural, tolerante y de respeto a la diferencia y la diversidad. El único problema en que coinciden varios estudios es en la aceptación social de éstas familias, pues sí, en muchos casos son discriminadas.
Y es éste el argumento de los conservadores, para proteger el interés superior del niño no se deben permitir las adopciones de personas o parejas homosexuales porque serán discriminados.
No creo que nunca a nadie se le haya ocurrido prohibir que personas discapacitadas adopten, ni indígenas, ni negros, ni comunistas, ni testigos de Jehová, ni personas que no ganan más de 3 salarios mínimos. ¿Por qué se les ocurre prohibir que personas homosexuales adopten? Por que basan sus argumentos en falacias y prejuicios, porque creen que hay seres humanos de primera y otros de segunda, porque quienes no comparten su modo de ver la vida, “no son normales” y merecen ser rechazados.
En todos los estudios realizados a menores criados por familias homoparentales o arcoiris –como las llaman en Alemania-, se muestra que los hijos se desarrollan personal, escolar y profesionalmente bien, así como en los aspectos emocional y de competencia social, se muestra que no tienen ningún problema. No se encuentran indicios para una mayor disposición a la depresión, al contrario, dice el estudio: los menores se desarrollan parcialmente mejor que los de las familias tradicionales pues muestran una mucha más alta autoestima y mayor autonomía en la relación con sus padres que los menores de la misma edad de familias tradicionales.
El problema, en el que la gran mayoría coincide es que a pesar de que los menores y jóvenes ven en su tipo de familia un desarrollo a una mayor apertura y tolerancia e individualidad, aceptan tener miedo a las discriminaciones y reacciones negativas de otros. La mayoría de las familias homoparentales han experimentado que entre más abiertamente hablan de su familia, más abierta y positiva es la reacción de los demás. Por ejemplo, un estudio alemán muestra que cada dos madres o padres homosexuales han vivido algún tipo de rechazo. Cada diez ha vivido algún tipo de discriminación con los burócratas. A pesar de que la mayoría de las burlas se presentan en la escuela, los padres de familias homoparentales informan sobre experiencias positivas pues al final se aceptan las formas distintas de vida.
Dicen los conservadores que si le preguntaran a un menor en un orfanato qué prefiere, diría que quiere “un papá y una mamá”. Esto es aplicar el paradigma propio a otros. Es muy probable que el menor responda eso, porque es lo que se le enseña, lo que ve en la T.V. o lee en los cuentos. Pero es más probable que prefiera una familia propia, que le dé atención, amor y cuidado y no ser uno más dentro de una institución pública. Con este argumento jamás se podrían haber abierto las Aldeas Infantiles S.O.S. que con tanto esfuerzo han sacado cientos de chicos adelante. En Aldeas el esquema es una madre que cuida a hasta 5 menores en una casa, la mujer funge como madre. Así es, y en Aldeas se atreven a llamarlas familia y me consta, lo son.
El paradigma tradicional que ven los conservadores como la única opción no es tampoco una realidad en México, según datos del INEGI existe un alto porcentaje de menores que viven con padres solteros. Además de que olvidan los conservadores que aunque biológicamente las parejas homosexuales no pueden concebir, sí lo pueden a través de otros métodos de reproducción asistida o existen parejas homosexuales que antes tuvieron una pareja heterosexual con la que tuvieron hijos, según datos del Círculo de familias diversas existen en México cerca de 500mil familias homoparentales.
La realidad es que la PGR, la Iglesia y los que apoyan la discriminación en contra de las personas y las parejas homosexuales lo único que buscan es tapar el sol con un dedo. Si la norma jurídica lo prohíbe, entonces no existirá.
Pero la única realidad es que confunden moral con derecho y buscan imponer a la sociedad entera un paradigma de familia tradicional. Nadie pretende imponer a ellos otro paradigma, simplemente se trata de aceptar otras posibilidades que para otras personas son preferibles.
Entonces el problema no son las familias homoparentales en sí mismas, sino la sociedad que las rodea y las rechaza o discrimina. Los problemas tanto de las personas homosexuales, como de las familias que forman, los menores que las integran, no son ellos mismos, son la intolerancia y la falta de respeto a la diversidad. Si el problema está en la ignorancia y en la intolerancia de los demás, ¿por qué negar este derecho a los menores a tener una familia y a las parejas a tener un hijo? ¿Qué no se está invirtiendo el argumento a favor del que pretende discriminar? ¿No es totalmente absurdo negar derechos con base en la posibilidad de ser discriminado? Si esa fuera la lógica con que los derechos funcionan, entonces nunca se habría acabado la esclavitud, no se permitiría la libertad religiosa, las mujeres seguiríamos en la cocina, la segregación racial y el apartheid nunca se hubieran terminado, y seguría siendo causa de discriminación de menores ser hijo natural, o hijo de padres divorciados. Ese argumento favorece a quien discrimina, y no al discriminado. Positiviza la discriminación, es decir, la hace norma. Carece de toda lógica. Los niños no saben de discriminación, hasta que no se la enseñan los adultos y ¡vaya que hay adultos empecinados en discriminar!

* esta nota fué publicada en La Lonchería el 22 de febrero de 2010.


1 comentarios:

LuisGuiRa dijo...

Asi es. No permitir la adopcion a parejas homosexuales por temor a que el adoptado(a) sea descriminado(a) es equivalente a fomentar esa propia discriminacion y darle lugar.

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