Ahora que en los Estados Unidos está de moda leer la Constitución y adorarla como tótem sagrado, se han estado publicando notas criticando o aplaudiendo esto.
El nuevo Congreso decidió comenzar la legislatura dando lectura a la Constitución, la cuestión ha sido muy controvertida pues al parecer ni siquiera se leyó completa.
La revista New Yorker publica hoy una extensa nota sobre la Constitución de los Estados Unidos. A través de un -interesante- vistazo histórico, Jill Lepore critica a quienes ven en ella una tabla de mandamientos y apelan al método originalista para interpretarla, pues, advierte, el resultado no necesariamente es el esperado por los Tea Baggers & Co.
Lepore nos demuestra cómo las ideas contenidas en la Constitución de los Estados Unidos (y cualquier otra diría yo) no pueden ser reducidas a íconos, las palabras tienen vida, por ello las constituciones deben entenderse como instrumentos vivos.
The Constitution is ink on parchment. And it is, too, the accreted set of meanings that have been made of those words...
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