La revista The Economist dedica su número más reciente a la guerra contra las drogas. En artículo editorial la revista apoya la legalización de las drogas y da dos argumentos: el principio liberal, es decir, no es tarea del Estado prohibir a la gente usar drogas si así lo desean y el segundo argumento sería que la legalización posibilitaría al Estado atender las adicciones de manera adecuada. En resumen la revista plantea cambiar el problema de la cartera de seguridad pública (o nacional como es ya en México) a la de salud pública. Otros argumentos importantes son el hecho de que el mercado (demanda) de la droga se ha estabilizado y que no hay ninguna correlación entre la disminución en el consumo y la existencia de leyes y políticas estrictas.
Sobre México publica un largo e interesante artículo en donde relata las decisiones que ha tomado el Presidente Calderón para combatir el narcotráfico. Explica que debido al ataque a los capos en Colombia desde la puesta en marcha del Plan Colombia a finales de los noventa, al desmantelamiento de las rutas por el Caribe a Estados Unidos, el fin del régimen centralizado y autoritario del PRI y la proximidad de México a los Estados Unidos, los cárteles en México cobraron auge y se comenzaron a especializar en la cocaina, pues antes tráfico mexicano era de mariguana y heroína. El desmantelamiento del gobierno priísta y en consecuencia la dispersión de los centros de poder y control; así como el ataque frontal por parte del Gobierno de Calderón han provocado un enorme aumento de la violencia. En el artículo se menciona que se han decomisado unas 70 toneladas de cocaína, alrededor de 260 millones de dólares, unas 31mil armas, se han realizado 58mil arrestos de los cuales cerca del 95% se trata de traficantes de narcomenudeo. Menciona las ventajas de la extradición y los efectos del arresto de líderes de los cárteles, la diversificación del crímen organizado y los retos del Gobierno.
El artículo también menciona que se han desplegado alrededor de 50mil tropas y que el Procurador Medina Mora ha concedido que es posible que las tropas tengan que quedarse por un par de años más. Así mismo, menciona la importancia de limpiar las instituciones y restructuralas pues "hoy hay 6 secretarías encargadas de la seguridad pública, sin considerar a las estatales y a los Municipios". El artículo llama la atención de la importancia de que la seguridad pública quede en manos de instituciones civiles. Menciona que el gasto en la guerra contra el narco es de unos 9 billones de dólares.
El problema de la guerra, de acuerdo con The Economist, es que nunca será ganada, porque el negocio de la droga se adapta y sobrevive.
*****Sobre la guerra y el despliegue de tropas en México, insisto y no quitaré el dedo del renglón, el Estado de Derecho no puede tener excepciones, nunca habrá una justificación para pasarlo por alto, pues el Estado de Derecho descansa en su voluntario cumplimiento. El Presidente de México no es un monarca absoluto, el Congreso y los Gobiernos de los Estados, junto con los Municipios, tienen el deber de controlar y coparticipar para que se respete la legalidad. La Constitución contiene muchas provisiones, es cuestión de tener la voluntad de hacer cumplir los principios básicos de un Estado Constitucional, y creo que eso no es mucho pedir.
La legalización de las drogas es una apuesta que debe considerarse, pues los argumentos de The Economist sobre la capacidad de readaptación y supervivencia, así como la correlación entre la prohibición y el gangsterismo, me parecen totalmente razonables. Habrá que ver qué se decide en Viena la próxima semana.
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