miércoles, 28 de octubre de 2009

Puntos de Vista sobre la Reunificación Alemana DW

La Deutsche Welle publicó en 2007 dos notas sobre la Reunificación alemana, en una discute la mudanza de la capital de Bonn a Berlín, muy controvertida en Alemania, sobre todo por el gasto que implicó y en otra las diferencias que cuando eso, a 17 años de distancia de la Caída del Muro, todavía existín (y hoy a 20, todavía existen) Dos notas interesantes:


La eterna disputa entre Bonn y Berlín
Por: Pablo Kummetz
A 17 años de la reunificación de Alemania, los ánimos entre partidarios y opositores del traslado de reparticiones gubernamentales de Bonn a Berlín siguen caldeados.
En Bonn se acaba de celebrar la fiesta de cubrir aguas del nuevo edificio del Ministerio de Salud. En el verano septentrional, los 400 funcionarios ministeriales que trabajan en Bonn se mudarán a sus nuevas oficinas. Sus escritorios se hallan actualmente en oficinas alquiladas. Otros 200 funcionarios del ministerio trabajan en Berlín.
En el decimoséptimo año después de la reunificación, Alemania continúa teniendo dos capitales. Berlín lleva el título y allí tienen sus sedes el Gobierno y el Parlamento. En la otra, Bonn, que se autotitula "ciudad federal", han quedado seis ministerios. En Berlín trabajan unos 8.000 funcionarios y en Bonn, 11.000.
La situación es intrincada. El ministerio de Agricultura, que acaba de construir un anexo en Berlín, tiene en realidad su sede en Bonn. También en la ciudad a orillas del Rin tiene su sede el ministerio del Medio Ambiente, lo que no obsta para que esté modernizando el antiguo ministerio de Agricultura de Prusia en Berlín y adosándole también un anexo para su dependencia berlinesa.

Parece más de lo que es
Pero cuando la construcción esté terminada, parecerá más de lo que realmente es: al nuevo edificio se mudarán sólo 200 funcionarios, mientras que en Bonn quedarán 800. En total se están construyendo actualmente en Berlín nuevas oficinas para cuatro ministerios. Costos totales: unos 130 millones de euros.
En vista de esas duplicidades, en los últimos meses se han multiplicado las voces que exigen la mudanza total de los ministerios de Bonn a Berlín. Según estimaciones, la doble sede de muchos ministerios ha costado casi 200 millones de euros desde 1996. Pero esas cifras y las construcciones en marcha son lo único real por ahora en el debate que regularmente se reaviva en torno a las exigencias de traslado. Ya en el comienzo del nuevo año ha vuelto al tapete.
El portavoz de Presupuesto del grupo parlamentario conservador en el Bundestag, Steffen Kampeter (democristiano), dijo en declaraciones al Financial Times Alemania que los expertos en presupuesto de todos los grupos parlamentarios quieren llegar a una solución lo antes posible. También el portavoz socialdemócrata de Presupuesto, Carsten Schneider, manifesto que "tal como están las cosas ahora, no es la mejor solución".

"Discusión deshonesta"
La reacción no se hizo esperar. Los políticos de Renania del Norte-Westfalia, el Estado federado donde se halla Bonn, pasaron inmediatamente a la ofensiva. Helmut Stahl, el presidente del grupo parlamentario democristiano en el Parlamento del Estado, calificó a la discusión en relación con Bonn de "deshonesta".
Y agregó: "Sólo los intereses que sería necesario pagar para financiar una mudanza total sobrepasarían por mucho lo que cuesta la división del trabajo entre Bonn y Berlín". Stahl agregó que ésta cuesta actualmente unos 10 millones de euros por año, con tendencia a disminuir en los próximos años.
Como no podía ser de otra manera, en la discusión se ha inmiscuido también la alcalde de Bonn, Bärbel Diekmann, llamando a "un manejo más serio de las cifras". Y afirmó que la solución hallada en 1991 "es la mejor para el Estado, desde el punto de vista financiero, mientras que una mudanza total es lo más cara".

Una cosa no va con la otra
"Una mudanza total de los ministerios de Bonn a Berlín costaría 5.000 millones de euros", calcula Diekmann, "lo que supondría gastos mensuales por intereses de 300 a 400 millones de euros por año".
Y por si fuera poco, "no va una cosa con la otra haber votado en 1991 a favor de una mudanza parcial de Bonn a Berlín que costó miles de millones y lamentarse hoy por los relativamente bajos costos que genera la división de funciones".
En otras palabras, para Diekmann, lo mejor hubiera sido dejar el Gobierno y el Parlamento donde estaban, en Bonn. Por lo visto, los 17 años que han pasado desde aquella histórica decisión no han hecho mella en el frente entre partidarios y opositores de la gigantesca mudanza.

*****
Alemanes seguirán pagando su reunificación
Por: Mirra Banchón
Desde hace 17 años, Alemania trabaja porque la frontera que la dividía desaparezca, en todos los ámbitos. Aunque mucho se ha logrado, faltan diez, quince o veinte años para que no haya más, realmente, Este y Oeste.
A los habitantes de la ex les queda aún mucho para estándar de vida de los del oeste, los alemanes de los diez Länder que conformaron hasta 1990 la República Federal de Alemania. “Con unos diez, quince o veinte años habría que contar”, aseveró hoy el ministro alemán para la Reconstrucción, el socialdemócrata Wolfgang Tiefensee, quien prepara el informe anual que se presenta cada aniversario de la reunificación alemana, el 3 de octubre.

Muchos logros, pero todavía falta
A 17 años de la reunificación asevera Tiefensee: “En el Este estamos orgullosos de lo que hemos logrado; quien hubiese pensado que lo íbamos a conseguir tan pronto. Sin embargo, todavía requerimos apoyo”. A lo que refiere con apoyo no es nada más ni nada menos que el “suplemento de solidaridad”, un impuesto que el Gobierno Federal alemán recauda de todo ciudadano, y con el cual, desde 1991, ha financiado la “reconstrucción del Este”. Se calcula que en lo que va desde la reunificación, 10 mil millones de euros ha sumado este aporte de los germanos, de ambos lados de esta ahora invisible frontera. 5,5 por ciento del ingreso se destina a ese fondo.

Le cuesta a cada ciudadano
“¿Por qué tengo que seguir pagando yo, yo nunca quise que se tirara el Muro de Berlín”, dice un joven alemán de los “viejos” estados federados en su blog. Sin embargo, cuando la apertura de la Cortina de Hierro, el desmoronamiento del régimen de la ex República Democrática Alemana, la caída del Muro y la consiguiente posibilidad real de que los alemanes –separados por las fronteras aliadas desde el fin de la guerra y por una frontera concreta y mortal desde 1961- volviesen a formar un solo Estado, casi nadie se oponía a la reunificación.

RDA versus RFA: 45 años de separación
Entre el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y la reunificación en 1990 pasó mucho tiempo; la gente vivió en sistemas muy diferentes. Y sobre todo -en lo que atañe al porqué del “suplemento de solidaridad”- se dieron procesos de reconstrucción diferentes.
La hora cero, la de resurgir de entre los escombros, no fue igual para las dos Alemanias, oficialmente constituidas como tal en 1949. Para la Alemania Federal –gracias al apoyo económico del Plan Marshall y las potencias aliadas- en 1948 comenzó el “milagro económico alemán”; las tiendas se llenaron; la industria y la infraestructura reaparecieron paulatinamente. La Unión Soviética, por el contrario, no apoyó la reconstrucción de su zona, convertida ahora en República Democrática Alemana.

Reunificación, sí. Pero, ¿cómo?
Cuando la revolución pacífica de Leipzig o la apoteósica caída del Muro de Berlín, se pudo contar con los dedos de una mano las voces que se levantaron para expresar que la tan ansiada reunificación -aparte de ser un proceso lento y complejo- iba a costar mucho dinero. En esa febril algarabía y en el, por demás válido, júbilo y deber histórico de juntar ambas Alemanias, no se quería, o no se debía, visualizar la ardua tarea que ello significaría.
Los nuevos Länder carecían de la infraestructura de la Alemania Federal. Y ni qué decir de las disparidades monetarias, del desnivel de salarios, de las diferencias en las cajas de pensiones, del dispar nivel de vida. El primer timbre del despertador fue, precisamente, el suplemento de solidaridad: cada ciudadano aportaría de su bolsillo a esta nueva Alemania reunificada.

La frontera ya no está, pero sigue estando
Se suele decir que 17 años después la frontera sigue existiendo, y una mirada analítica detecta fácilmente los puntos en que difieren el Este y el Oeste, los ossis y los wessis. Así, según declara el ministro Tiefenseee: “Los nuevos Länder se han afincado y han avanzado. Pero aún tenemos terribles problemas.
A pesar de que el crecimiento económico es de un 3 por ciento (los viejos Länder 2,7 por ciento), “no contamos con una economía estable y autosuficiente. El desempleo es dos veces mayor. Y sobre todo la emigración de la gente joven es un gran problema que enfrentan las regiones rurales”, declara Tiefensee. “Años le faltan a los este para vivir como los del oeste”, resume la televisión estatal alemana. ¿Y en cuanto al suplemento que sale de cada monedero? “Requerimos todavía de transferencia financiera”, declaró el encargado de la reconstrucción del “otro lado” de Alemania.


www.dw-world.de © Deutsche Welle.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails