@asesorpolitico en twitter me ha compartido esta otra nota sobre la polémica del velo en España. En ella una mujer musulmana, concretamente la mujer del imán de Pozuelo, dice que ella no es una sumisa, ella es la "reina de la casa" y que las mujeres llevan el pañuelo porque quieren, porque es un símbolo de castidad, que ningún hombre se los impone. Bueno, yo no sé mucho de este asunto, pero me gustaría saber cómo es que ella asegura que nadie se los impone a ninguna mujer, si vemos en las noticias cómo algunos hermanos y padres matan chicas por "llevar un estilo demasiado occidental de vida." Seguro que hay las que eligen, pero me atrevo a decir que muchas no.
Los comentarios de los lectores son muchos muy buenos. Una dice con toda razón que el argumento de "soy reina de la casa" es el mismo que usaban las mujeres de la generación de nuestras abuelas, que no eran autónomas, no podían decidir, ni estudiar, ni trabajar, pero eso sí dentro de casa, se les decía, son las reinas. Porque de la puerta para afuera, el rey es él.
La Sra Ben dice que ella porta el pañuelo como símbolo de pureza y castidad. Y bueno si cree que con ello convence a las no musulmanas se equivoca, ese "símbolo" igual que la idea del velo (porque ella lo dice), hacen de la mujer un objeto sexual. Y dice "sentirse muy libre, discreta y respetuosa" con el pañuelo. "Me siento segura, no me sentiría así si fuese por la calle con minifalda y escote", cuenta, a lo que agrega un lector "claro porque en España vamos violando a todas las que van de minifalda" y por ello pongo aquí el trailer de la película Acusada de 1988. Porque el argumento de ésta mujer, es el mismo de los violadores de esa película y Jodie Foster era sólo un objeto. Porque estas personas que ven a las mujeres como jueguetes sexuales no comprenden conceptos como dignidad y autonomía y mucho menos voluntad y consentimiento.
Ese comentario me recuerda el de un chico musulmán en Aachen que dijo estar preocupado porque ya venía el verano, y las chicas se vestían "muy descubiertas" y que era difícil mantenerse controlado... (!) Vaya.
El punto no es si pueden traer el velo que no cubre la cara, es cosa de cada quien, si es verdaderamente voluntario su uso. Cada quien viste como quiera. El punto es no aceptar que su uso implica que la mujer es un objeto sexual y que por ello debe cubrirse, para no andar provocando a los hombres que según alguna creencia bastante popular, son presas de instintos sexuales que no pueden controlar, exacto, como los animales.
El punto no es si pueden traer el velo que no cubre la cara, es cosa de cada quien, si es verdaderamente voluntario su uso. Cada quien viste como quiera. El punto es no aceptar que su uso implica que la mujer es un objeto sexual y que por ello debe cubrirse, para no andar provocando a los hombres que según alguna creencia bastante popular, son presas de instintos sexuales que no pueden controlar, exacto, como los animales.
Y mientras las mujeres sigamos siendo vistas como las culpables de ese instinto animal de los irracionales hombres, por nuestra vestimenta o nuestra actitud o nuestra "poca castidad" o promiscuidad voluntaria, el mundo seguirá siendo de ellos. Y nosotras usando taxis rosas o exigiendo se dividan los vagones del metro y los autobuses.
Porque nosotras tendremos que ir cubiertas con una sábana, claro por opción, nadie quiere ser víctima de violación o abuso de algún tipo.
Me pregunto si estas "reinas de sus casas" se irían a vivir a Irán o Afganistán donde el uso del burka o niqab es obligatorio. Son como los comunistas que viven en Europa y critican el "imperialismo". Nice.
Aquí una parte de la nota
"¿Sumisión? ¡Yo soy la reina de mi casa!, ¡lo que yo digo, Moja lo hace!". La mujer que se altera cuando se le pregunta si llevar el hiyab (pañuelo islámico) es un símbolo de sumisión al hombre se llama Mariam Ben, tiene 30 años, y lleva el pañuelo desde hace diez. Moja es su marido, Mohamed Said Alilech, imán de Pozuelo de Alarcón (Madrid), el mismo municipio donde estudia la alumna madrileña de 16 años Najwa Malha.
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Bueno y encontré esta nota en La Lonchería que es para dejar boquiabierto a cualquiera....
La industria de la virginidad...en París exacto algo así como, cómo recuperar la castidad que el velo no cuidó, por unos módicos €2000 .
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