jueves, 1 de julio de 2010

Estudios sobre los efectos de la homoparentalidad #derechoatecho #matrimoniodf

Estudios sobre los efectos de la homoparentalidad en menores bajo su crianza

(Licencia Creative Comons Atribución-No Comercial-Licenciamiento recíproco.)

(se reproduce el punto III.4 de la segunda parte de la Amicus Curiae i(dh)eas-Ombudsgay. Párrafos 128 en adelante)

Desde que la homosexualidad fue descartada del Manual Diagnóstico y Estadístico de Desórdenes Mentales, instituciones privadas y gubernamentales de diversas áreas: pediátricas, sociológicas, legales y psicológicas, han realizado diversos estudios para medir si existen verdaderamente perjuicios en el desarrollo social y psicológico de menores viviendo en familias homoparentales, y si las personas homosexuales pueden ser “buenos padres”. Más de 30 años de estudios han demostrado de forma general que los niños, niñas y adolescentes que han crecido con padres o madres homosexuales no presentan ninguna desventaja con respecto de otros menores en familias tradicionales.

Existe un estudio[1] realizado por la Comisión Internacional de los Derechos Humanos para Gays y Lesbianas (IGLHRC por sus siglas en inglés) que presenta un enfoque internacional sobre la cuestión de la pater/maternidad homosexual. En este trabajo de investigación la IGLHRC realiza un muestreo de la legislación internacional vigente sobre matrimonio, familia y parentalidad de personas homosexuales, así como un estudio sobre la realidad de las familias homoparentales. El estudio concluye con una serie de recomendaciones en el sentido de asegurar los derechos de las personas LGTB, levantar los límites y barreras que existen en el derecho de familia de la gran mayoría de países y llevar a cabo medidas pertinentes para acabar con los prejuicios y la discriminación de personas homosexuales.

En un estudio realizado por encargo del Ministerio de Justicia Federal Alemán por el Instituto Bávaro de Investigación Familiar de la Universidad de Bamberg y que fue complementado con un estudio psicológico de menores del Instituto Bávaro de Pedagogía Temprana en Munich, se muestra que la orientación sexual de los padres no es una garantía ni ningún impedimento para ser un buen padre o formar una familia en donde se busque el bienestar del menor[2].

Un estudio[3] de la American Civil Liberties Union (ACLU) describe los resultados de 25 estudios de parentalidad homosexual realizados en los Estados Unidos. En ellos, se evalúan distintos parámetros, entre los que se encuentran: el desarrollo emocional y psicológico del menor, su bienestar y ajuste con otros menores, relaciones con otros menores, desarrollo cognitivo, funcionalidad social y escolar, prácticas y actitudes de los padres o madres, el bienestar psicológico de los padres o madres, sexualidad de los hijos. En ninguno se encontraron diferencias entre menores en familias heteroparentales y homoparentales. En general los menores evaluados presentaron relaciones saludables con otros niños y niñas, un desarrollo emocional y psicológico normal, relaciones saludables con sus padres o madres, con sus abuelos. En general, los problemas a los que los menores se enfrentan, respecto de su salud emocional y psicológica, y sus relaciones para con su familia y otras personas, o su desempeño en la escuela, no difieren con respecto de otros menores.

Un Estudio[4] estadounidense de la American Psychological Association demuestra que las parejas gay son tan estables y felices como las parejas heterosexuales, con el “inconveniente” de no poder formalizarse (jurídica y socialmente) y ser por lo tanto, víctimas del rechazo y la discriminación.

En España existen también estudios como: “Desarrollo psicológico en las nuevas estructuras familiares”, estudio que llevaron a cabo las Universidades del País Vasco y Sevilla, bajo la dirección del profesor Enrique Arranz y de Alfredo Oliva. Este estudio ponía de manifiesto que otras estructuras familiares diferentes a la tradicional (monoparentales, homoparentales, adoptivas, reconstituidas o múltiples) podían ser contextos tan favorables o más para el desarrollo de niños y niñas. Los resultados indicaron que fueron las familias homoparentales las que alcanzaron una puntuación más alta desde el punto de vida de la calidad del contexto familiar para la promoción del desarrollo infantil. En estos hogares se encontraron ambientes muy estimulantes, estilos parentales de crianza muy adecuados y escasa conflictividad marital; todo lo que de acuerdo con los autores, un niño necesita para crecer sano y feliz. De acuerdo con Alfredo Oliva “Los resultados de este estudio coinciden con los de otros, llevados a cabo tanto dentro como fuera de España, en indicar que la familia homoparental representa un contexto tan válido como otro cualquiera para que un niño o niña crezca sin ningún tipo de problema, siempre que unos adultos atentos y cariñosos cuiden de él.”[5]

Asimismo, con motivo de la reforma a la ley civil en España que permite tanto el matrimonio homosexual, como la adopción para matrimonios homosexuales, se publicaron[6] una serie de opiniones de expertos, así como el informe del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid realizado en el año 2002 sobre la adopción por parte de las parejas homosexuales, junto con una serie de investigadores del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla. En él se analizaron las dinámicas familiares, vida cotidiana y desarrollo infantil y adolescente dentro de este tipo de familias, denominadas homoparentales por los autores. El estudio concluye: "Lo importante de un hogar no es su forma externa, si está construido de piedra o de madera, si tiene una o dos plantas o si tiene tejado o azotea. Lo importante, realmente, es que sirva para las funciones de acomodo y protección que debe ejercer". Se estudiaron los casos de 28 familias: 15 de ellas compuestas por madres lesbianas con hijos de anteriores relaciones heterosexuales; 10 por madres lesbianas o padres gays que tuvieron a sus hijos por adopción o por inseminación artificial y tres en las que los padres no tenían la custodia pero convivían con los hijos. "El respeto a los demás y la tolerancia" es uno de los valores centrales de la educación en estas familias, caracterizadas además por "niveles altos de afecto y comunicación y niveles generalmente bajos de conflicto".

En Brasil se ha publicado el estudio “Adopción por Homosexuales”[7] mismo que ha sido citado por la Corte Suprema de ese país al reconocer la adopción de dos menores por parte de una pareja homosexual.

En Francia existe el estudio Les Enfants du PACS – Réalités de l’Homoparentalité (Niñas/os del PAC – Realidades del homomater/paternidad) en donde se afirma que ”El razonamiento de jueces y políticos acerca de los derechos parentales de los gays y los derechos maternales de las lesbianas suele fundarse en dos premisas falsas: a) No hay en la actualidad ninguna pareja del mismo sexo que tenga hijas o hijos. b) Para impedir que tales parejas tengan hijas o hijos alcanza no legislar a favor de los derechos de gays y lesbianas a la adopción.”[8]

En Australia se ha publicado el Lesbian, Gay, Bisexual and Transgender (LGBT) Parented Families. A Literature Review prepared for the Australian Psychological Society,[9] en donde se demuestra que los menores criados en familias homoparentales no tienen nignuna desventaja con respecto de otros menores criados en familias tradicionales.

La revista Pediatrics ha publicado primero en 2006[10] y recientemente en 2010[11], sendos estudios que reportan los efectos positivos de los matrimonios y uniones civiles en menores de edad en los Estados Unidos.

En el Reino Unido, Stonewall UK, ha publicado en junio de 2010 Different Families - The experiences of children with lesbian and gay parents,[12] en donde se pueden leer experiencias de menores viviendo en hogares homoparentales y cómo coinciden en que los problemas que enfrentan son los prejuicios de otros.

En el caso Karen Atala e Hijas contra Chile[13], la Comisión Interamericana se refiere a informes de entidades como la Organización Panamericana de la Salud, el Departamento de Psicología de la Universidad de Chile, y la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en donde se refiere que los menores educados en familias homosexuales no sufren desventajas psicológicas ni sociales, ni diferencias significativas en su desarrollo en comparación con menores educados en familias heterosexuales, y no serán necesariamente discriminados por sus pares.[14]

En México se ha publicado la disertación de María de los Angeles HACES, ¿Maternidad Lesbica, Paternidad Gay? Del autorreconocimiento homoerótico al ejercicio parental. Una aproximación antropológica a las homofamilias,[15] en donde la autora hace una investigación profunda, teoríca y de campo, sobre el tema de la parentalidad de personas homosexuales en México. La autora concluye que “Desde la perspectiva de estos padres y madres, sus hijos tienen ciertas ventajas en comparación con los hijos de padres heterosexuales. Estos varones y mujeres por su propia historia de vida han tenido que ser muy reflexivos en cuanto a ellos mismos, a su realidad sexoafectiva, a su familia, a su maternidad y paternidad. Lo que los ha capacitado y habilitado para que al momento de ejercer roles paternales y maternales lo hagan, entre otras cosas, de forma negociada con la pareja. Lo anterior ha otorgado a sus hijos ciertas habilidades que no todos los niños tienen. Los varones y mujeres afirman que sus hijos han tenido que vivir diversos sucesos que si bien han sido difíciles, los han colocado ante situaciones que les obligan a madurar.“[16] Sobre la parentalidad, Angeles Haces concluye que “La reproducción de los roles parentales es otro aspecto que resultó más que evidente. Estos hombres y mujeres ejercen su maternidad y paternidad de forma similar a los sujetos que tienen como pareja sexoafectiva a una persona de otro sexo/género, aunque existen algunas diferencias, éstas son producto de aspectos personales, como la formación académica y la propia reflexión sobre el ejercicio materno o paterno que han llevado a cabo. La parentalidad entonces, no es un ejercicio que esté determinado por a quién se ama y con quién se tienen relaciones sexuales.“[17]

Respecto a la identidad de género que pueden asumir los hijos de familias homoparentales y que parece ser parte de la oposición al derecho de las personas homosexuales a adoptar o reproducirse, los estudios comparativos entre familias heterosexuales y homosexuales muestran que los hijos de lesbianas y homosexuales siguen el patrón esperado de identidad de género. Los hijos de las generaciones de los últimos 20 años de familias homoparentales muestran que, la “preferencia” de los padres no define en nada su propia identidad sexual. Si el temor es que los hijos de padres homosexuales sean a su vez homosexuales, cabe preguntarse cómo es que los hijos de madres y padres heterosexuales asumen una orientación o preferencia sexual distinta a la de estos.

El mayor riesgo que corren los hijos de lesbianas y homosexuales, es un ambiente hostil a la homosexualidad fuera de sus casas, en los espacios públicos y otras instituciones como la escuela, y lo que cuestionan específicamente, es más el engaño, la verdad silenciada, la mentira piadosa, que daña su percepción de la realidad. La experiencia de las familias homoparentales ha aportado una consciencia más amplia y comprometida con la diversidad cultural y la diferencia sexual, resultado de las características de responsabilidad, compromiso y voluntad que implica la decisión de fundar una familia homoparental.

Cuando los hijos de lesbianas y homosexuales crecen en una comunidad que muestra señales homofóbicas, como las que se perpetuarían al rechazar la posibilidad de adoptar por parte de personas homosexuales, evitan revelar la orientación sexual de sus padres o madres pues temen ser objeto de discriminación, ello sí supone una violación a sus Derechos Humanos pues los confina al ostracismo y la invisibilidad y los despoja de los derechos en cuyo nombre se quiere negar la existencia de sus propias familias. Además, en el ámbito público –del que todos somos responsables-, las actitudes hirientes de los compañeros y amigos también igualmente se dan cuando se trata de niños de otro color de piel, de una religión distinta, de otra nacionalidad o con una discapacidad. El asunto es enseñar a los niños y a los adultos a respetar todas las diferencias y a no permitir la discriminación de nadie[18].

El DIF-DF se pronunció en favor de la adopción de menores por parte parejas del mismo sexo, siempre y cuando cumplan con todos los requisitos y evaluaciones que se aplican a cualquier interesado. La directora de la institución, Martha Patricia Patiño, dijo que la ética de una persona no se define por su preferencia sexual y, por lo tanto, no es condicionante para la adopción de un menor. (Reforma, Excélsior, Crónica, 19/02/10)

Resulta que la evidencia a favor de la crianza de menores en familias homoparentales es rica y abundante y se tiene ya una experiencia de más de 30 años, de manera que sólo es posible concluir que la pretensión de la Acción de Inconstitucionalidad de la PGR es que esta Corte mantenga jurídicamente protegidos prejuicios que no hacen más que discriminar a un grupo de personas por su orientación sexual. En su decisión en el caso Palmer v. Sidoti, el Ministro Burger de la Corte Suprema de los Estados Unidos se refirió a la juridificación de prejuicios, inaceptable en un régimen constitucional democrático:

“La cuestión sin embargo es si la realidad de los prejuicios privados y el posible daño que se pueden infligir son consideraciones permisibles para remover la custodia de un menor de su madre biológica. No tenemos gran dificultad en concluir que no lo son. La Constitución no puede controlar esos prejuicios, pero tampoco puede tolerarlos. Los prejuicios privados deben estar fuera del alcance de la ley, pero la ley no puede, directa o indirectamente, darles efecto. Los funcionarios públicos que han jurado cumplir la Constitución no pueden evitar una obligación constitucional por rendirse a los efectos hipotéticos de un prejuicio racial privado que ellos asumen que será amplia y profundamente compartido.”[19]


***Addenda: en la página de Sociedad Unida aparecen enlaces y referencias a muchos otros estudios en la materia.

[1] Concebir La Mater/Paternidad: Ser Madres, Ser Padres, y los Derechos de las Personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgenero, Sus Hijas E Hijos. 2000. Consultado el 6 de junio de 2010: http://www.lasotrasfamilias.cl/documentos/iglhrc.pdf

[2] Estudio del Ministerio Federal de Justicia Alemán. Consultado en diciembre de 2009. http://www.lsvd.de/fileadmin/pics/Dokumente/Adoption/LSVD_Essentiels-BMJ-Studie.pdf

[3] Estudio Too High A Price. The Case Against Restricting Gay Parenting. Consultado el 9 de junio de 2009. http://www.aclu.org/images/asset_upload_file480_27496.pdf

[4] Estudio APA. Consultado en diciembre de 2009. http://www.apa.org/pi/lgbc/policy/marriage.pdf

[5] Ver: Desarrollo psicológico en las nuevas estructuras familiares. Enrique ARRANZ FREIJO y Alfredo OLIVA DELGADO. Ed. Piramide. 2010. Reflexiones de un Psicólogo Evolutivo. Blog personal de Alredo Oliva. http://alfredo-reflexiones.blogspot.com/2008/10/familias-homoparentales.html consultado el 9 de junio de 2010.

[6] Estudio en España en la nota de El Mundo.es octubre de 2004. Consultada en junio de 2010. En la nota se tiene acceso a las opiniones de diversos especialistas sobre la adopción por parte de parejas homosexuales, en general la opinión es favorable. Consultar: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2004/09/30/pediatria/1096566915.html

[7] Decisión de la Corte Superior de Justicia de Brasil de fecha 27 de abril de 2010. Recurso especial 889 852-RS. 2006/0209137-4. Adoção por Homossexuais - A Família Homoparental sob o Olhar da Psicologia Jurídica. Mariana de OLIVEIRA FARIAS e Ana Cláudia BORTOLOZZI. Editora: Juruá Editora. 2009.

[8] El texto de Leroy-Forgeot describe presupuestos que subyacen a las leyes y políticas de muchas naciones: que (tal vez con algunas poquísimas excepciones) las lesbianas, gays, personas bisexuales y transgénero no están ya criando niñas o niños (en forma individual o en parejas); que el Estado debería impedirle que lo hagan y que puede hacerlo (Cita del Informe de la IGLHRC op. Cit. Pag. 2.

[10] American Academy of Pediatrics: The Effects of Marriage, Civil Union, and Domestic Partnership Laws on the Health and Well-being of Children. Pediatrics. Vol. 118 No. 1 July 2006, pp. 349-364. Consultado el 8 de junio de 2010 http://pediatrics.aappublications.org/cgi/reprint/118/1/349

[11] US National Longitudinal Lesbian Family Study: Psychological Adjustment of 17-Year-Old Adolescents. Pediatrics Doi:10.1542/peds.2009-3153. Publicado el 7 de junio de 2010. Consultado la misma fecha: http://pediatrics.aappublications.org/cgi/reprint/peds.2009-3153v1

[13] Vid. Op. Cit. Cita num. 58.

[14] Caso Karen Atala e Hijas v Chile. Op. Cit. Párr. 59.

[15] Tesis Doctoral presentada en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Atropología Social. México, 2006.

[16] HACES, Ma de los Ángeles. Op. Cit. Página 225.

[17] Ìbid. Páginas 233 y 234.

[18] LAMAS, Marta. “¿Por qué tanto miedo?” en Proceso, No. 1737, enero de 2010. Pag. 55.

[19] Palmore V. Sidoti. 466 U.S. 429. ( 1984). Citando a su vez Palmer v. Thompson, 403 U.S. 217, 260-261 (1971).

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